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Una Vez Enterrado
Blake Pierce
Un Misterio de Riley Paige #11
ВЎUna obra maestra del gГ©nero de thriller y misterio! El autor hizo un trabajo magnГfico desarrollando a los personajes psicolГіgicamente, tanto asГ que sientes que estГЎs en sus mentes, vives sus temores y aclamas sus Г©xitos. La trama es muy inteligente y te mantendrГЎ entretenido durante todo el libro. Este libro te mantendrГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche debido a sus giros inesperados. Opiniones de libros y pelГculas, Roberto Mattos (Una vez desaparecido) UNA VEZ ENTERRADO es el libro #11 de la serie exitosa de misterio de Riley Paige, que comienza con UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1), ВЎuna descarga gratuita con mГЎs de 1. 000 opiniones de cinco estrellas! Un asesino en serie estГЎ cobrando las vidas de muchas vГctimas a diestra y siniestra, y en cada escena del crimen deja una firma inusual: un reloj de arena. Su arena estГЎ diseГ±ada para caer durante 24 horas. Aparece una nueva vГctima cada vez que el reloj se vacГa. En medio de la presiГіn intensa de los medios de comunicaciГіn, y en una carrera frenГ©tica contra el tiempo, la agente especial del FBI Riley Paige es convocada, junto con su nueva compaГ±era, para resolver el caso. Riley estГЎ totalmente ocupada, ya que se encuentra recuperГЎndose de las secuelas de su relaciГіn con Shane, tratando de ordenar su vida familiar y ayudando a Bill a sobrellevar su TEPT. Y cuando entra en los canales mГЎs oscuros de la mente de este asesino retorcido, se da cuenta de que quizГЎ este sea el caso que finalmente logre quebrantarla. Un thriller psicolГіgico oscuro con suspenso emocionante, UNA VEZ ENTERRADO es el libro #11 de una nueva serie fascinante, con un nuevo personaje querido, que te dejarГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche. El Libro #12 de la serie de Riley Paige estarГЎ disponible pronto.
U N A V E Z E N T E R R A D O
(UN MISTERIO DE RILEY PAIGE—LIBRO 11)
B L A K E P I E R C E
Blake Pierce
Blake Pierce es el autor de la serie exitosa de misterio RILEY PAIGE que cuenta con trece libros hasta los momentos. Blake Pierce tambiГ©n es el autor de la serie de misterio de MACKENZIE WHITE (que cuenta con nueve libros), de la serie de misterio de AVERY BLACK (que cuenta con seis libros), de la serie de misterio de KERI LOCKE (que cuenta con cinco libros), de la serie de misterio LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE (que cuenta con tres libros), de la serie de misterio de KATE WISE (que cuenta con dos libros), de la serie de misterio psicolГіgico de CHLOE FINE (que cuenta con dos libros) y de la serie de misterio psicolГіgico de JESSE HUNT (que cuenta con tres libros).
Blake Pierce es un ГЎvido lector y fan de toda la vida de los gГ©neros de misterio y los thriller. A Blake le encanta comunicarse con sus lectores, asГ que por favor no dudes en visitar su sitio web www.blakepierceauthor.com (http://www.blakepierceauthor.com/) para saber mГЎs y mantenerte en contacto.
Derechos de autor В© 2017 por Blake Pierce. Todos los derechos reservados. A excepciГіn de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976 y las leyes de propiedad intelectual, ninguna parte de esta publicaciГіn puede ser reproducida o distribuida en cualquier forma o por cualquier medio, o almacenada en un sistema de bases de datos o de recuperaciГіn sin el previo permiso del autor. Este libro electrГіnico estГЎ licenciado para tu disfrute personal solamente. Este libro electrГіnico no puede ser revendido o dado a otras personas. Si te gustarГa compartir este libro con otras personas, por favor compra una copia adicional para cada destinatario. Si estГЎs leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado solo para tu uso, por favor regrГ©salo y compra tu propia copia. Gracias por respetar el trabajo arduo de este autor. Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son productos de la imaginaciГіn del autor o se emplean como ficciГіn. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es totalmente coincidente. Los derechos de autor de la imagen de la cubierta son de anuruk perai, utilizada bajo licencia de Shutterstock.com.
LIBROS ESCRITOS POR BLAKE PIERCE
SERIE DE MISTERIO PSICOLГ“GICO DE SUSPENSO DE JESSE HUNT
EL ESPOSA PERFECTA (Book #1)
EL TIPO PERFECTO (Book #2)
SERIE DE MISTERIO PSICOLГ“GICO DE SUSPENSO DE CHLOE FINE
Al LADO (Libro #1)
LA MENTIRA DEL VECINO (Libro #2)
CALLEJГ“N SIN SALIDA (Libro #3)
SERIE DE MISTERIO DE KATE WISE
SI ELLA SUPIERA (Libro #1)
SI ELLA VIERA (Libro #2)
SERIE LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE
VIGILANDO (Libro #1)
ESPERANDO (Libro #2)
ATRAYENDO (Libro #3)
SERIE DE MISTERIO DE RILEY PAIGE
UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1)
UNA VEZ TOMADO (Libro #2)
UNA VEZ ANHELADO (Libro #3)
UNA VEZ ATRAГЌDO (Libro #4)
UNA VEZ CAZADO (Libro #5)
UNA VEZ CONSUMIDO (Libro #6)
UNA VEZ ABANDONADO (Libro #7)
UNA VEZ ENFRIADO (Libro #8)
UNA VEZ ACECHADO (Libro #9)
UNA VEZ PERDIDO (Libro #10)
UNA VEZ ENTERRADO (Libro #11)
UNA VEZ ATADO (Libro #12)
UNA VEZ ATRAPADO (Libro #13)
UNA VEZ LATENTE (Libro #14)
SERIE DE MISTERIO DE MACKENZIE WHITE
ANTES DE QUE ASESINE (Libro #1)
ANTES DE QUE VEA (Libro #2)
ANTES DE QUE DESEE (Libro #3)
ANTES DE QUE ARREBATE (Libro #4)
ANTES DE QUE NECESITE (Libro #5)
ANTES DE QUE SIENTA (Libro #6)
ANTES DE QUE PEQUE (Libro #7)
ANTES DE QUE CACE (Libro #8)
ANTES DE QUE SE APROVECHE (Libro #9)
ANTES DE QUE ANHELE (Libro #10)
ANTES DE QUE SE DESCUIDE (Libro #11)
SERIE DE MISTERIO DE AVERY BLACK
UNA RAZГ“N PARA MATAR (Libro #1)
UNA RAZГ“N PARA HUIR (Libro #2)
UNA RAZГ“N PARA ESCONDERSE (Libro #3)
UNA RAZГ“N PARA TEMER (Libro #4)
UNA RAZГ“N PARA RESCATAR (Libro #5)
UNA RAZГ“N PARA ATERRARSE (Libro #6)
SERIE DE MISTERIO DE KERI LOCKE
UN RASTRO DE MUERTE (Libro #1)
UN RASTRO DE ASESINATO (Libro #2)
UN RASTRO DE VICIO (Libro #3)
UN RASTRO DE CRIMEN (Libro #4)
UN RASTRO DE ESPERANZA (Libro #5)
CONTENIDO
PRГ“LOGO (#u0982f909-f233-5741-9e53-a37c9cbe8acd)
CAPГЌTULO UNO (#u8531abf6-7bd4-50fa-b610-27afc185ff13)
CAPГЌTULO DOS (#ufc21bc04-7766-5e77-95db-fce2dcea3246)
CAPГЌTULO TRES (#u0267acbe-7ec0-5bb5-96fc-7b8902d98cf0)
CAPГЌTULO CUATRO (#ucf2d76d3-420c-536e-af65-269d918e294d)
CAPГЌTULO CINCO (#u3e76de22-45a7-5a9c-9291-1c0af299f9b8)
CAPГЌTULO SEIS (#u69a93588-0b6e-5c71-b33e-dd7942182973)
CAPГЌTULO SIETE (#uf6e8181a-aa48-55af-850a-3980085bc47b)
CAPГЌTULO OCHO (#uf39375dc-c9cd-5737-a5f5-8dd8fe3c43a8)
CAPГЌTULO NUEVE (#ub849fb2f-78c1-5b93-bf4a-5c0ee2755c65)
CAPГЌTULO DIEZ (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO ONCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DOCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TRECE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO CATORCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO QUINCE (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO DIECISÉIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECISIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECIOCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECINUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIUNO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIDГ“S (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO VEINTITRÉS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTICUATRO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTICINCO (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO VEINTISÉIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTISIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIOCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTINUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y UNO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y DOS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y TRES (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y CUATRO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y CINCO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y SEIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y SIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y OCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y NUEVE (#litres_trial_promo)
PRГ“LOGO
Courtney Wallace sintiГі un ardor familiar en sus pulmones y muslos. DejГі de trotar y comenzГі a caminar, luego se detuvo, se inclinГі con las manos sobre las rodillas, y jadeГі mientras recuperaba el aliento.
Era una buena sensaciГіn, una forma mucho mejor de despertarse que una taza de cafГ© caliente, aunque en poco tiempo se tomarГa una taza de cafГ© con su desayuno. TodavГa tenГa un montГіn de tiempo para ducharse y comer antes de tener que irse al trabajo.
Courtney amaba el resplandor de la luz del sol por la maГ±ana entre los ГЎrboles y la humedad del rocГo de la maГ±ana que persistГa en el aire. Pronto serГa un dГa caluroso de mayo, pero ahora la temperatura estaba perfecta, sobre todo aquГ en la magnГfica Reserva Natural Belle Terre.
TambiГ©n le gustaba la soledad. Rara vez se habГa encontrado a otra persona trotando en este camino, y nunca a estas horas de la maГ±ana.
A pesar de lo bien que se sentГa en este entorno, comenzГі a sentirse desilusionada mientras lograba normalizar su respiraciГіn.
Su novio, Duncan, vivГa con ella y le habГa prometido una vez mГЎs que la acompaГ±arГa a trotar, y una vez mГЎs se habГa negado a despertarse. Probablemente no se levantarГa hasta mucho despuГ©s de que ella se habГa ido a trabajar en su propio trabajo de oficina, tal vez no hasta la tarde.
“¿Cuándo superará esa etapa?”, se preguntó.
ВїY cuГЎndo iba a conseguir otro trabajo?
Se echГі a trotar con la esperanza de librarse de sus pensamientos negativos. Pronto empezГі a correr, y ese ardor estimulante en sus pulmones y piernas pareciГі arrasar con su preocupaciГіn y desilusiГіn.
Luego sus piernas cedieron bajo sus pies.
Estaba cayendo, era una sensaciГіn extraГ±a y suspendida que de alguna manera se sentГa terriblemente lenta.
Se estrellГі con un golpe brutal.
La luz del sol se habГa ido, y sus ojos se tuvieron que acostumbrar a la oscuridad.
“¿Dónde estoy?”, se preguntó.
Ella vio que estaba en el fondo de un hoyo estrecho.
Pero ВїcГіmo habГa llegado allГ?
SintiГі un terrible dolor punzante en su pierna derecha.
BajГі la mirada y vio que su tobillo estaba doblado en un ГЎngulo antinatural.
TratГі de mover su pierna. El dolor se intensificГі y ella gritГі. TratГі de ponerse de pie, pero su pierna cediГі ante su peso. SentГa los huesos rotos chocando entre sГ. SintiГі nГЎuseas y casi perdiГі el conocimiento.
SabГa que necesitaba ayuda y se metiГі la mano en el bolsillo para buscar su telГ©fono celular.
ВЎNo estaba allГ!
DebiГі haberse caГdo.
TenГa que estar en alguna parte. TanteГі para tratar de encontrarlo.
Pero estaba medio enredada en una especie de manta ГЎspera y pesada junto con tierra y hojas. No pudo encontrar su telГ©fono celular.
ComenzГі a darse cuenta de que habГa caГdo en una trampa, en un hoyo tapado con una manta cubierta de desechos.
ВїEra una broma?
Si era asГ, no le parecГa nada graciosa.
Y ВїcГіmo saldrГa de aquГ?
Las paredes del hoyo eran rectas, y no habГa puntos de apoyo ni asideros. Incapaz incluso de ponerse de pie, nunca serГa capaz de salirse de aquГ por su cuenta.
Y era probable que nadie pasarГa por este camino pronto, tal vez no en algunas horas.
Entonces oyГі una voz directamente sobre ella.
“¡Oye! ¿Tuviste un accidente?”.
Ella respirГі de alivio a lo que oyГі esa voz.
LevantГі la mirada y vio que un hombre estaba de pie sobre ella. Su figura se perfilaba contra la luz pГЎlida, por lo que no podГa distinguir su rostro.
Aun asГ, apenas podГa creer su suerte. DespuГ©s de tantas maГ±anas no viendo a nadie en este camino, resultГі que esta maГ±ana alguien habГa pasado cuando necesitaba ayuda.
“Creo que me fracturé el tobillo”, le dijo al hombre. “Y perdà mi teléfono”.
“Qué mal”, dijo el hombre. “¿Cómo sucedió?”.
“¿Qué pregunta es esa?”, se preguntó.
Aunque parecГa ser amigable, Courtney deseaba poder ver su rostro.
Ella dijo: “Yo estaba trotando, y... habГa un hoyo, y...”.
“¿Y qué?”.
Courtney se estaba impacientando.
Ella dijo: “Bueno, obviamente caà en el hoyo”.
El hombre se quedó en silencio por un momento. Luego dijo: “Es un hoyo grande. ¿No lo viste?”.
Courtney soltГі un gemido de exasperaciГіn.
“Mira, solo necesito ayuda para salir de aquГ, Вїde acuerdo?”.
El hombre negГі con la cabeza.
“No deberГas trotar en lugares extraГ±os donde no conoces el camino”.
“¡Conozco este camino!”, gritó Courtney.
“Entonces ВїcГіmo caГste en el hoyo?”.
Courtney estaba estupefacta. O bien el hombre era un idiota o estaba jugando con ella.
“¿Eres el idiota que cavГі este hoyo?”, espetГі ella. “Si es asГ, no es nada gracioso. ВЎSГЎcame de aquГ!”.
Le sorprendiГі darse cuenta de que estaba llorando.
“¿Cómo?”, preguntó el hombre.
Courtney se estirГі, extendiendo su brazo lo mГЎs que pudo.
“Toma mi mano y jálame”.
“No creo que pueda alcanzarte”.
“Claro que sà puedes”.
El hombre se echГі a reГr. TenГa una risa agradable y amable. Aun asГ, Courtney deseaba poder ver su rostro.
“Yo me encargo de todo”, dijo él, alejándose del hoyo.
Ya no podГa verlo. Luego oyГі metal y chirridos detrГЎs, y sintiГі un gran peso sobre ella.
JadeГі y escupiГі hasta que comprendiГі que el hombre habГa vertido tierra sobre ella.
SintiГі sus manos y piernas enfriarse, una seГ±al de pГЎnico.
“No te asustes”, se dijo a sà misma.
Aunque no entendГa lo que estaba pasando, tenГa que mantener la calma.
Ella vio que el hombre estaba de pie con una carretilla inclinada sobre el hoyo. Un poco de tierra restante cayГі de la carretilla sobre su cabeza.
“¿Qué estás haciendo?”, gritó.
“Relájate”, dijo el hombre. “Como dije, yo me encargo de todo”.
Se llevГі la carretilla. Entonces oyГі un golpeteo sordo.
Era el sonido del hombre echando mГЎs tierra en la carretilla.
Ella cerrГі los ojos, respirГі profundo, abriГі la boca y dejГі escapar un grito largo y agudo.
“¡Ayuda!”.
Entonces sintiГі un puГ±ado de tierra pesado directamente en su cara. Un poco de tierra entrГі en su boca, y ella se atragantГі y la escupiГі.
Su voz aГєn amable, el hombre dijo...
“Me temo que vas a tener que gritar mucho más fuerte que eso”.
Luego, con una risita, agregГі...
“Apenas puedo oГrte”.
Ella soltГі otro grito, sorprendida por la intensidad de su propia voz.
Entonces el hombre vertiГі la nueva carretilla llena de tierra sobre ella.
No pudo volver a gritar. Su garganta estaba obstruida por la tierra.
Fue inundada por una sensaciГіn extraГ±a de deja vu. HabГa experimentado esto antes, esta incapacidad para huir del peligro o incluso gritar.
Pero esas experiencias solo habГan sido pesadillas. Y siempre habГa despertado de ellas.
Sin duda, esto no era mГЎs que otra pesadilla.
“Despierta”, se dijo a sà misma una y otra vez. “Despierta, despierta, despierta...”.
Pero no podГa despertar.
Esto no era un sueГ±o.
Esto era real.
CAPГЌTULO UNO
La agente especial Riley Paige estaba trabajando en su escritorio en el edificio de la UAC en QuГЎntico cuando un recuerdo no deseado le llegГі de golpe...
Un hombre de piel oscura estaba mirГЎndola fijamente con ojos vidriosos.
TenГa una herida de bala en el hombro, y una herida mucho mГЎs peligrosa en el abdomen.
Con una voz dГ©bil y amarga, le dijo a Riley...
“Te ordeno que me mates”.
La mano de Riley estaba sobre su arma.
DeberГa matarlo.
TenГa buenas razones para hacerlo.
Aun asГ, ella no sabГa quГ© hacer...
La voz de una mujer sacГі a Riley de su ensoГ±aciГіn.
“Parece que tienes algo en mente”.
Riley levantГі la mirada de su escritorio y vio a una mujer afroamericana joven con cabello corto y lacio de pie en la puerta de su oficina.
Era Jenn Roston, quien habГa sido la nueva compaГ±era de Riley en su caso mГЎs reciente.
Riley se sacudiГі un poco.
“No es nada”, dijo.
Los ojos de color marrГіn oscuro de Jenn estaban llenos de preocupaciГіn.
Ella dijo: “Estoy bastante segura de que no es nada”.
Cuando Riley no respondió, Jenn dijo: “Estás pensando en Shane Hatcher, ¿verdad?”.
Riley asintiГі sin decir nada. HabГa tenido muchos recuerdos Гєltimamente, recuerdos de su terrible enfrentamiento con el hombre herido en la cabaГ±a de su padre muerto.
La relaciГіn de Riley con el preso fugado se habГa arraigado en un vГnculo extraГ±o y retorcido de lealtad. PasГі cinco meses prГіfugo, y ella ni siquiera habГa tratado de restringir su libertad, no hasta que empezГі a asesinar a personas inocentes.
Ahora era difГcil para Riley creer que ella lo habГa dejado en libertad durante tanto tiempo.
Su relaciГіn habГa sido inquietante y muy oscura.
De todas las personas que Riley conocГa, Jenn era la que mГЎs sabГa cuГЎn oscura habГa sido.
Finalmente, Riley dijo: “No dejo de pensar... que debà haberlo matado en ese mismo momento”.
Jenn dijo: “Estaba herido, Riley. No supuso una amenaza para ti”.
“Yo sé”, dijo Riley. “Pero no puedo sacarme de la cabeza que dejo que mi lealtad se interponga en el camino de mi juicio”.
Jenn negГі con la cabeza.
“Riley, ya hemos hablado de esto. Ya sabes lo que pienso al respecto. Hiciste lo correcto. Y no tienes que creerme. Todos aquà también lo creen”.
Riley sabГa que eso era verdad. Sus colegas y superiores la habГan felicitado por haber aprehendido a Hatcher vivo. Su benevolencia le parecГa un buen cambio. Mientras que Riley fue la esclava de Hatcher, todo el mundo habГa sospechado de ella, y con razГіn. Ahora que todos confiaban en ella, las caras de sus colegas volvieron a ser amables, y era recibida con un respeto renovado.
Riley verdaderamente se sentГa a gusto aquГ de nuevo.
Entonces Jenn sonrió y agregó: “Demonios, incluso hiciste las cosas a rajatabla por primera vez en tu vida”.
Riley se rio entre dientes. Ciertamente habГa seguido el procedimiento en la forma en que habГa aprehendido a Hatcher, totalmente opuesto a cГіmo habГa actuado en el caso que ella y Jenn acababan de resolver juntas.
Riley dijo: “SГ, supongo que recibiste un curso intensivo sobre mis mГ©todos no convencionales…”.
“Ciertamente”.
Riley soltГі una risita incГіmoda. HabГa ignorado incluso mГЎs reglas de lo habitual. Jenn la habГa encubierto con lealtad, aun cuando irrumpiГі en la casa de un sospechoso sin orden judicial. Jenn pudo haberla denunciado si hubiera querido. Y Riley quizГЎ hubiera sido despedida por eso.
“Jenn, realmente agradezco…”.
“Ni lo menciones”, dijo Jenn. “Todo eso quedó atrás. Lo único que importa es el presente y el futuro”.
La sonrisa de Jenn se ensanchó cuando agregó: “Y no espero que te comportes como una mojigata. Y ni se te ocurra esperar lo mismo de mà tampoco”.
Riley se echГі a reГr de nuevo, mГЎs cГіmoda esta vez.
Le parecГa difГcil de creer que ella habГa desconfiado de Jenn hace poco, que hasta la habГa considerado una verdadera nГ©mesis.
DespuГ©s de todo, Jenn habГa hecho mucho, mucho mГЎs por Riley que ser discreta acerca de sus acciones.
“¿Te he dado las gracias por haberme salvado la vida?”, preguntó Riley.
Jenn sonriГі.
“Ya perdà la cuenta de todas las veces que lo has hecho”, dijo.
“Bueno, gracias de nuevo”.
Jenn se quedГі callada. Su sonrisa se desvaneciГі. Una mirada lejana se apoderГі de su rostro.
“¿Necesitabas algo, Jenn?”, preguntó Riley. “Digo, ¿por qué viniste a mi oficina?”.
Jenn siguiГі mirando hacia el pasillo por un momento.
Finalmente dijo: “Riley, no sé si deba decirte…”. Su voz se quebró.
Era muy evidente para Riley que algo la preocupaba. Ella querГa tranquilizarla, decirle algo asГ como...
“Puedes decirme lo que sea”.
Pero eso podrГa ser impertinente.
Finalmente Jenn pareciГі estremecerse un poco.
“No tiene importancia”, dijo. “Nada de qué preocuparse”.
“¿Estás segura?”.
“SГ, estoy segura”.
Sin decir una palabra, Jenn desapareciГі por el pasillo, dejando a Riley un poco inquieta. Hace mucho sospechaba que Jenn albergaba secretos propios, quizГЎs unos muy oscuros.
“¿Por quГ© no confГa en mГ?”, se preguntГі Riley.
ParecГa que una de ellas siempre desconfiaba de la otra. Eso no era nada nuevo…
Pero no habГa nada que Riley pudiera hacer al respecto, al menos no todavГa.
MirГі su reloj. Estaba a punto de llegar tarde a una cita con su compaГ±ero de hace mucho tiempo, Bill Jeffreys.
El pobre Bill estaba de licencia, sufriendo de TEPT despuГ©s de un terrible incidente durante su Гєltimo caso juntos. Riley sintiГі una punzada de tristeza al recordarlo.
Ella y Bill habГan estado trabajando junto con una agente joven prometedora llamada Lucy Vargas.
Pero Lucy habГa muerto en el cumplimiento de su deber.
La extraГ±aba todos los dГas.
Pero al menos no se sentГa culpable por su muerte, a diferencia de Bill.
Esta maГ±ana, Bill la habГa llamado para pedirle que se reuniera con Г©l en la base de la Marina que componГa la mayor parte de las instalaciones de QuГЎntico.
No le habГa dicho la razГіn por la cual querГa que se reunieran, y eso la tenГa preocupada. Ella esperaba que no fuera nada serio.
Riley se levantГі de su escritorio con ansiedad y saliГі del edificio de la UAC.
CAPГЌTULO DOS
Bill sintiГі un cosquilleo de preocupaciГіn mientras conducГa a Riley hacia el rango objetivo de la Marina.
“¿Estoy preparado para esto?”, se preguntó.
ParecГa una pregunta estГєpida. DespuГ©s de todo, solo eran ejercicios de tiro al blanco.
Pero no eran ejercicios de tiro al blanco comunes y corrientes.
Al igual que Г©l, Riley llevaba un uniforme de camuflaje y un rifle M16-A4 cargado con municiГіn real.
Pero a diferencia de Bill, Riley no tenГa ni la menor idea de lo que estaban a punto de hacer.
“Quisiera que me dijeras de qué trata todo esto”, dijo Riley.
“Será una nueva experiencia para ambos”, dijo.
Nunca habГa probado este tipo de ejercicios de tiro al blanco antes. Pero Mike Nevins, el psiquiatra que lo habГa estado ayudando con su trastorno de estrГ©s postraumГЎtico, le habГa recomendado que lo intentara.
“SerГЎ una buena terapia”, le habГa dicho Mike.
Bill esperaba que Mike tuviera razГіn. Y esperaba que intentarlo con Riley calmara sus nervios un poco.
Bill y Riley se posicionaron uno al lado del otro entre postes de madera verticales, frente a una zona pavimentada. En el pavimento habГa barreras verticales marcadas con agujeros de bala. Hace unos momentos, Bill habГa hablado con un hombre en la cabina de control y ya todo deberГa estar listo.
Ahora hablaba con ese mismo tipo a travГ©s de un pequeГ±o micrГіfono delante de sus labios.
“Blancos aleatorios. Adelante”.
De repente, figuras humanas aparecieron desde detrГЎs de las barreras, todas ellas moviГ©ndose en la zona pavimentada. Llevaban los uniformes de combatientes ISIS y parecГan estar armadas.
“¡Hostiles!”, le gritó Bill a Riley. “¡Dispara! ¡Dispara!”.
Riley estaba demasiado sobresaltada como para disparar, pero Bill disparГі y no conectГі. Luego disparГі otro tiro que alcanzГі una de las figuras. La figura se inclinГі por completo y dejГі de moverse. Las otras figuras se volvieron para evitar los disparos, algunas de ellas se movieron mГЎs rГЎpido, otras se ocultaron detrГЎs de las barreras.
Riley dijo: “¿Qué demonios?”.
TodavГa no habГa disparado.
Bill se echГі a reГr.
“Alto”, dijo en el micrófono.
De repente, todas las figuras dejaron de moverse.
“¿Le dispararemos a gente falsa sobre ruedas?”, le preguntó Riley con una risita.
Bill explicó: “Son robots autónomos, montados en scooters Segway. Ese tipo con el que hablé en la cabina hace un minuto está ingresando comandos. Pero él no controla todos sus movimientos. De hecho, en realidad no los controla en absoluto. Ellos �saben’ lo que tienen que hacer. Tienen escáneres láser y algoritmos de navegación para que puedan evitar chocarse entre sà y chocar las barreras”.
Los ojos de Riley se abrieron de asombro.
“SГ”, dijo Bill. “Y saben quГ© hacer cuando comienzan los disparos: correr, ocultarse, o ambas cosas”.
“¿Quieres intentarlo de nuevo?”, preguntó Bill.
Riley asintiГі, viГ©ndose entusiasmada.
Una vez más, Bill dijo en el micrófono: “Blancos aleatorios. Adelante”.
Las figuras comenzaron a moverse como antes, y Riley y Bill dispararon. Bill alcanzГі uno de los robots, y Riley tambiГ©n. Ambos robots se detuvieron y se inclinaron. Los otros robots se dispersaron, algunos deslizГЎndose caprichosamente, otros escondiГ©ndose detrГЎs de las barreras.
Riley y Bill siguieron disparando, pero disparar se estaba haciendo cada vez mГЎs difГcil. Los robots que seguГan moviГ©ndose lo estaban haciendo en patrones impredecibles a velocidades variables. Los que se habГan ocultado detrГЎs de las barreras se asomaban cada cierto tiempo, provocando a Riley y Bill para que les dispararan. Era imposible saber de quГ© lado de la barrera podrГan aparecer. Luego volvГan a andar por la intemperie o se ocultaban de nuevo.
A pesar de todo este caos aparente, solo tomГі medio minuto para que Riley y Bill acabaran con los ocho robots. Todos estaban inclinados e inmГіviles entre las barreras.
Riley y Bill bajaron sus armas.
“Eso fue raro”, dijo Riley.
“¿No quieres seguir?”, preguntó Bill.
Riley se rio entre dientes.
“¿Estás bromeando? Claro que quiero seguir. ¿Ahora qué?”.
Bill tragГі, sintiГ©ndose repentinamente nervioso.
“Se supone que ahora debemos acabar con los hostiles sin matar a ningún civil”, dijo.
Riley lo mirГі compasivamente. Г‰l comprendГa su preocupaciГіn. SabГa perfectamente bien por quГ© este nuevo ejercicio lo inquietaba. Lo recordaba al joven inocente al que habГa herido accidentalmente el mes pasado. El muchacho se habГa recuperado de su herida, pero Bill aГєn se sentГa culpable.
Bill tambiГ©n estaba atormentado porque una joven y brillante agente llamada Lucy Vargas habГa muerto en el mismo incidente.
“Si tan solo hubiera sido capaz de salvarla”, pensó de nuevo.
Bill habГa estado de baja desde entonces, preguntГЎndose si alguna vez serГa capaz de volver al trabajo. Se habГa quebrantado por completo, cayendo en el alcohol e incluso contemplando el suicidio.
Riley lo habГa ayudado. De hecho, probablemente hasta le salvГі la vida.
Bill se sentГa bastante mejor.
Pero Вїestaba preparado para esto?
Riley seguГa mirГЎndolo con preocupaciГіn.
“¿Estás seguro de que esto es una buena idea?”, preguntó.
Una vez mГЎs, Bill recordГі lo que Mike Nevins le habГa dicho.
“Será una buena terapia”.
Bill le asintiГі a Riley.
“Creo que sГ”, dijo.
Retomaron sus posiciones y levantaron sus armas. Bill habló por el micrófono. “Hostiles y civiles”.
Las mismas acciones que antes comenzaron a desarrollarse, solo que, esta vez, una de las figuras era una mujer envuelta en un velo azul. Ciertamente no era difГcil distinguirla entre los hostiles en sus trajes verde militar. Pero ella estaba moviГ©ndose entre los otros en patrones aparentemente aleatorios.
Riley y Bill comenzaron a derribar a los hostiles. Algunas de las figuras masculinas esquivaron las balas, mientras que otras se refugiaron detrГЎs de las barreras, solo para asomarse en momentos impredecibles.
La figura femenina tambiГ©n se moviГі como si estuviera asustada por los disparos, corriendo de aquГ para allГЎ frenГ©ticamente, pero de alguna manera nunca molestГЎndose en ocultarse detrГЎs de una barrera. Su pГЎnico simulado solo hacГa mГЎs difГcil no dispararle accidentalmente.
Bill sintiГі sudor frГo formГЎndose en su frente mientras disparaba una ronda tras otra.
En poco tiempo, Riley y Г©l habГan acabado con todos los hostiles, y la mujer en el velo quedГі sola, ilesa.
Bill dio un suspiro de alivio y bajГі el arma.
“¿Cómo estás?”, preguntó Riley. Bill notó la preocupación en su voz.
“Bastante bien, supongo”, dijo Bill.
Pero sus palmas estaban húmedas, y ​estaba temblando un poco.
“Tal vez ya sea suficiente”, dijo Riley.
Bill negГі con la cabeza.
“No”, dijo él. “Tenemos que probar el siguiente programa”, dijo.
“¿Cuál?”.
Bill tragГі grueso.
“Es una situación de toma de rehenes. El civil será asesinado a menos que tú y yo derribemos a dos hostiles al mismo tiempo”.
Riley lo mirГі con recelo.
“Bill, no sé...”.
“Vamos”, dijo Bill. “Es solo un juego. Intentémoslo”.
Riley se encogiГі de hombros y levantГі su arma.
Bill dijo por el micrófono: “Situación de toma de rehenes. Adelante”.
Los robots volvieron a la vida. La figura femenina se quedГі a la intemperie, mientras que los hostiles desaparecieron detrГЎs de las barreras.
Luego dos hostiles aparecieron desde detrГЎs de las barreras, cerniГ©ndose amenazadoramente alrededor de la figura femenina, la cual se tambaleaba hacia atrГЎs y adelante con ansiedad.
Bill sabГa que el truco era que Riley y Г©l le dispararan a ambos hostiles justo cuando consiguieran un tiro limpio.
A Г©l le tocaba decidir cuГЎndo dispararГan.
Mientras Riley y Г©l apuntaban sus armas con cuidado, Bill dijo...
“Yo acabaré con el de la izquierda, tú con el de la derecha. Dispara cuando diga �Adelante’”.
“Listo”, dijo Riley en voz baja.
Bill vigilГі cuidadosamente los movimientos y las posiciones de los dos hostiles. Se dio cuenta de que esto serГa difГcil, mucho mГЎs difГcil de lo que habГa esperado.
El mismo segundo en que uno de los hostiles se alejaba, el otro se hostil se posicionaba peligrosamente cerca de la rehГ©n.
“¿Cuándo podremos disparar?”, se preguntó.
Entonces, por un momento fugaz, los dos hostiles se alejaron en direcciones opuestas del rehГ©n.
“¡Adelante!”, espetó Bill.
Pero antes de que pudiera apretar el gatillo, fue inundado por una rГЎfaga de imГЎgenes...
Estaba caminando hacia un edificio abandonado cuando escuchГі un disparo.
SacГі su arma y corriГі adentro, donde vio a Lucy tumbada boca abajo en el suelo.
Vio a un hombre joven moviГ©ndose hacia ella.
Instintivamente, Bill le disparГі al hombre y lo alcanzГі.
El hombre dio una vuelta antes de caerse, y en ese entonces vio que sus manos estaban vacГas.
Estaba desarmado.
El hombre solo habГa estado tratando de ayudar a Lucy.
Mortalmente herida, Lucy se apoyГі en su codo y le disparГі seis rondas a su verdadero atacante...
...el hombre al que Bill debiГі haber disparado.
Un disparo del arma de Riley regresГі a Bill al presente.
Las imГЎgenes habГan ido y venido en un instante.
Uno de los hostiles estaba inclinado, muerto por el disparo de Riley.
Sin embargo, Bill estaba congelado. No podГa apretar el gatillo.
El hostil que quedaba se volviГі amenazantemente hacia la mujer, y un tiro resonГі por los altavoces.
La mujer se doblГі y dejГі de moverse.
Bill finalmente disparГі su arma y alcanzГі el hostil, pero ya era demasiado tarde para el rehГ©n, que ya estaba muerta.
Por un momento, la situaciГіn pareciГі terriblemente real.
“Dios mГo”, dijo. “Dios mГo, ВїcГіmo dejГ© que esto sucediera?”.
Bill dio un paso al frente, casi como si quisiera correr para ayudar a la mujer.
Riley se colocГі delante de Г©l.
“Bill, ¡no pasa nada! ¡Es solo un juego! ¡No es real!”.
Bill se detuvo en seco, temblando y tratando de calmarse.
“Riley, lo siento, es solo que... todo regresó por unos segundos y...”.
“Yo sé”, dijo Riley reconfortantemente. “Comprendo”.
Bill se desplomГі y negГі con la cabeza.
“Tal vez no estoy preparado para esto”, dijo. “Tal vez sea suficiente por hoy”.
Riley le dio una palmadita en el hombro.
“No”, dijo. “Creo que deberГas terminar”.
Bill respirГі profunda y lentamente. SabГa que Riley tenГa razГіn.
Г‰l y Riley retomaron sus posiciones, y Bill volviГі a decir por el micrГіfono...
“Situación de toma de rehenes. Adelante”.
La misma acciГіn se reanudГі, con dos hostiles acechando peligrosamente al rehГ©n.
Bill respirГі lentamente mientras miraba por su mirilla.
“Es solo un juego”, se dijo a sà mismo. “Es solo un juego”.
Finalmente llegГі el momento que habГan estado esperando. Ambos hostiles se habГan alejado un poco del rehГ©n. TodavГa era un disparo peligroso, pero Bill y Riley tenГan que intentarlo.
“¡Adelante!”, dijo.
Esta vez disparГі al instante, y oyГі el sonido del disparo de Riley una fracciГіn de segundo mГЎs tarde.
Ambos hostiles se desplomaron y dejaron de moverse.
Bill bajГі su arma.
Riley le dio una palmadita en la espalda.
“Lo hiciste, Bill”, dijo Riley. “Estoy disfrutando de esto. ¿Qué más podemos hacer con estos robots?”.
Bill dijo: “Hay un programa en el que podemos acercarnos a ellos mientras disparamos”.
“Intentémoslo”.
Bill hablГі por el micrГіfono.
“A poca distancia”.
Los ocho hostiles comenzaron a moverse, y Bill y Riley avanzaron hacia ellos paso a paso, disparando en pequeГ±as rГЎfagas. Dos robots cayeron y los otros se movieron de un lado a lado, por lo que se hizo mГЎs difГcil alcanzarlos.
Mientras Bill disparaba, se dio cuenta de que algo faltaba en esta simulaciГіn.
“Los robots no disparan”, pensó.
AdemГЎs, su alivio por salvar al rehГ©n no se sentГa genuino. DespuГ©s de todo, Г©l y Riley habГan salvado la vida de un robot.
No cambiaba la realidad de lo que habГa sucedido el mes pasado.
Y ciertamente no resucitarГa a Lucy.
La culpa todavГa lo atormentaba. ВїAlguna vez serГa capaz de no sentirse asГ?
ВїY alguna vez serГa capaz de volver a trabajar?
CAPГЌTULO TRES
DespuГ©s de sus ejercicios de tiro al blanco, Riley todavГa estaba preocupada por Bill. Es cierto que se habГa recuperado rГЎpidamente despuГ©s de su momento de shock. Y en realidad pareciГі haber disfrutado de los disparos a corta distancia.
Hasta se habГa visto alegre justo antes de partir a su apartamento. Sin embargo, no era el mismo Bill que habГa sido su compaГ±ero durante tantos aГ±os, y quien hacГa mucho tiempo se habГa convertido en su mejor amigo.
Ella sabГa lo que mГЎs le preocupaba.
A Bill le asustaba el hecho de que jamГЎs serГa capaz de volver a trabajar.
Ella deseaba poder tranquilizarlo con palabras simples y amables, algo asГ como...
“Solo estás pasando por una mala racha. Nos sucede a todos. Lo superarás más temprano que tarde”.
Pero garantГas simplistas no eran lo que Bill necesitaba en este momento. Y la verdad era que Riley no sabГa si eso era cierto o no.
Ella tambiГ©n habГa sufrido de TEPT y sabГa lo difГcil que era recuperarse de eso. Solo tendrГa que ayudar a Bill durante ese terrible proceso.
Aunque Riley volviГі a su oficina, en realidad tenГa poco que hacer en la UAC. No estaba asignada a ningГєn caso, y acogГa estos dГas lentos con beneplГЎcito despuГ©s de la intensidad del Гєltimo caso en Iowa. TerminГі lo poco que tenГa pendiente y se fue.
Mientras Riley conducГa a casa, se sintiГі contenta ante la idea de cenar con su familia. Se sintiГі especialmente contenta ya que habГa invitado a Blaine Hildreth y su hija a cenar con ellos esta noche.
Riley estaba encantada por el hecho de que Blaine formaba parte de su vida. Era un hombre guapo y encantador. Y, como ella, se habГa divorciado hace relativamente poco tiempo.
TambiГ©n era un hombre muy valiente.
Fue Blaine el que le disparГі a Shane Hatcher cuando amenazГі a la familia de Riley.
Riley siempre estarГa agradecida con Г©l por eso.
HabГa pasado una noche con Blaine hasta ahora, en su casa. HabГan sido bastante discretos al respecto. Su hija, Crystal, habГa estado ausente visitando a sus primos durante las vacaciones de primavera. Riley sonriГі ante el recuerdo de su sexo apasionado.
ВїEsta noche terminarГa de la misma forma?
*
El ama de llaves de Riley, Gabriela, habГa preparado una deliciosa cena de chiles rellenos, una receta familiar que ella habГa traГdo consigo de Guatemala. Todo el mundo estaba disfrutando de los pimientos rellenos deliciosos.
Riley sintiГі una profunda satisfacciГіn ante la deliciosa cena y maravillosa compaГ±Гa.
“¿No están muy picantes?”, preguntó Gabriela.
No estaban tan picantes, y Riley estaba segura de que Gabriela lo sabГa. Gabriela siempre restringГa sus recetas centroamericanas originales. Era evidente que estaba cazando cumplidos, los cuales llegaron fГЎcilmente.
“No, están perfectos”, dijo la hija de quince años de edad de Riley, April.
“Demasiado sabrosos”, dijo Jilly, la niña de trece años de edad que Riley estaba en el proceso de adoptar.
“Simplemente increГble”, dijo Crystal, la mejor amiga de April.
El padre de Crystal, Blaine Hildreth, no dijo nada de inmediato. Pero Riley sabГa por su expresiГіn que estaba encantado con el plato. TambiГ©n sabГa que la apreciaciГіn de Blaine era en parte profesional. Blaine era el dueГ±o de un restaurante lujoso pero informal en Fredericksburg.
“¿Cómo los preparas, Gabriela?”, preguntó después de unos bocados.
“Es un secreto”, dijo Gabriela con una sonrisa traviesa.
“Un secreto, ¿eh?”, dijo Blaine. ¿Qué tipo de queso utilizaste? No lo distingo. Sé que no es Monterey Jack o Chihuahua. Manchego, ¿tal vez?”.
Gabriela negГі con la cabeza.
“Nunca te lo diré”, dijo con una sonrisa.
Mientras Blaine y Gabriela siguieron hablando de la receta en inglГ©s y en espaГ±ol, Riley se quedГі pensando si ella y Blaine...
Se sonrojГі un poco ante la idea.
“No, no va a pasar esta noche”.
SerГa difГcil hacerlo con todos aquГ.
Sin embargo, eso no era nada malo.
Estar rodeada de gente que amaba era placer suficiente para esta noche en particular. Pero al ver a su familia y amigos pasГЎndola bien, una nueva preocupaciГіn comenzГі a inundar su mente.
Una persona en la mesa casi ni habГa hablado en toda la noche. Liam, el reciГ©n llegado a la familia de Riley. TenГa la misma edad de April, y los dos adolescentes fueron novios durante un tiempo. Riley habГa rescatado al chico alto y desgarbado de un padre abusivo y borracho. HabГa necesitado un lugar para vivir y eso significaba que estaba durmiendo en el sofГЎ cama de la sala familiar de Riley.
Liam normalmente era hablador y extrovertido. Pero algo parecГa estar molestГЎndolo esta noche.
Riley preguntó: “¿Te pasa algo, Liam?”.
ParecГa que ni la habГa escuchado.
Riley hablГі un poco mГЎs fuerte.
“Liam”.
Liam levantГі la mirada de su comida, la que apenas habГa tocado.
“¿Eh?”, dijo.
“¿Te pasa algo?”.
“No. ¿Por qué?”.
Riley lo mirГі con inquietud. Algo definitivamente andaba mal. Liam rara vez hablaba en monosГlabas.
“Solo me preguntaba”, dijo.
TomГі nota de hablar con Liam a solas mГЎs tarde.
*
Gabriela cerrГі la cena con broche de oro: un delicioso postre de flan. Riley y Blaine disfrutaron de unos tragos despuГ©s de la cena mientras que los cuatro niГ±os se entretuvieron en la sala familiar. DespuГ©s de un largo rato, Blaine y su hija se fueron a casa.
Riley esperГі hasta que April y Jilly se fueron a sus habitaciones. Luego se fue sola a la sala familiar. Liam estaba sentado en el sofГЎ todavГa cerrado con la mirada perdida.
“Liam, sé que algo anda mal. Quisiera que me contaras qué te pasa”.
“No pasa nada”, dijo Liam.
Riley se cruzГі de brazos y no dijo nada. SabГa por su experiencia con las chicas que a veces lo mejor era esperar que hablaran.
Luego, Liam dijo: “No quiero hablar del tema”.
A Riley le sorprendiГі eso. Estaba acostumbrada al mal humor de adolescentes de April y Jilly, al menos de vez en cuando. Pero esto no era propio de Liam en absoluto. Siempre era agradable y servicial. TambiГ©n era un estudiante dedicado, y Riley apreciaba su influencia sobre April.
Riley siguiГі esperando en silencio.
Finalmente Liam dijo: “Mi papá me llamó hoy”.
Riley sintiГі un vacГo en la boca del estГіmago.
No pudo evitar recordar ese dГa terrible cuando corriГі a la casa de Liam para salvarlo de ser golpeado por su padre.
SabГa que esto no deberГa sorprenderla. Pero no sabГa quГ© decir.
Liam dijo: “Me dijo que lamenta todo lo que pasó. Me dijo que me echa de menos”.
La preocupaciГіn de Riley se intensificГі. No tenГa la custodia legal sobre Liam. En este momento, estaba actuando como una especie de madre adoptiva improvisada, y no tenГa idea de exactamente cuГЎl papel desempeГ±arГa en su vida a futuro.
“¿Quiere que vuelvas a casa?”, preguntó Riley.
Liam asintiГі.
Riley no pudo obligarse a hacer la pregunta obvia...
“¿Qué quieres hacer?”.
ВїQuГ© harГa, quГ© podГa hacer, si Liam le decГa que querГa volver a su casa?
Riley sabГa que Liam era un chico amable y misericordioso. Al igual que muchas vГctimas de abuso, tambiГ©n era propenso a una profunda negaciГіn.
Riley se sentГі a su lado.
Ella preguntó: “¿Te sientes feliz aqu�”.
Liam jadeГі un poco. Por primera vez desde el comienzo de su conversaciГіn, Riley vio que estaba a punto de llorar.
“Ah, sГ”, dijo Г©l. “Esto ha sido... Me he sentido... tan feliz”.
Riley sintiГі un nudo en la garganta. QuerГa decirle que podГa quedarse aquГ todo el tiempo que quisiera. Pero ВїquГ© podГa hacer si su padre exigГa que volviera? No podrГa evitar que eso sucediera.
Una lГЎgrima rodГі por la mejilla de Liam.
“Es solo que... desde que mamá se fue... soy lo único que tiene papá. O al menos hasta que me fui. Ahora está solo. Dice que ha dejado de beber. Dice que jamás me volverá a hacer daño”.
Riley casi espetГі...
“No le creas. Jamás le creas cuando te diga eso”.
En cambio, dijo: “Liam, debes saber que tu padre está muy enfermo”.
“Lo sé”, dijo Liam.
“Él tiene que buscar la ayuda que necesita. Pero hasta que lo haga… bueno, le serГЎ muy difГcil cambiar”.
Riley se quedГі callada por unos instantes.
Luego agregó: “Jamás olvides que esto no es tu culpa. Sabes eso, ¿verdad?”.
Liam ahogГі un sollozo y asintiГі.
“¿No has vuelto a verlo?”, preguntó Riley.
Liam negГі con la cabeza sin decir nada.
Riley le dio unas palmaditas en la mano.
“Solo quiero que me prometas una cosa. Si quieres ir a verlo, no vayas solo. Quiero estar contigo. ¿Lo prometes?”.
“Lo prometo”, dijo Liam.
Riley alcanzГі una caja cercana de paГ±uelos y le ofreciГі uno a Liam, quien se secГі los ojos y se sonГі la nariz. Luego los dos se quedaron sentados allГ sin decir mГЎs por unos momentos.
Finalmente Riley dijo: “¿Me necesitas para algo más?”.
“No. Ya estoy bien. Gracias por… bueno, ya sabes”.
Le sonriГі dГ©bilmente.
“Por todo”, agregó.
“De nada”, dijo Riley, devolviéndole la sonrisa.
SaliГі de la sala familiar, se dirigiГі a la sala de estar y se sentГі sola en el sofГЎ.
De repente sintiГі un sollozo en su propia garganta, y se puso a llorar. Le sorprendiГі darse cuenta de lo mucho que su conversaciГіn con Liam la habГa afectado.
Pero era bastante fГЎcil entender el por quГ©.
“Esto sobrepasa mis capacidades”, pensó.
DespuГ©s de todo, todavГa estaba tratando de finalizar la adopciГіn de Jilly. HabГa rescatado a la pobre chica de horrores propios. Riley habГa encontrado a Jilly tratando de vender su cuerpo por pura desesperaciГіn.
Entonces Вїpor quГ© Riley estaba haciendo esto, acogiendo a otro adolescente en su casa?
De repente deseaba que Blaine aГєn estuviera aquГ, tenГa ganas de hablar con Г©l.
Blaine siempre parecГa saber quГ© decir.
HabГa disfrutado de la pausa entre los casos, pero poco a poco algunas preocupaciones comenzaron a invadir su mente, preocupaciones relacionadas con su familia mГЎs que todo, y hoy relacionadas con Bill.
Estas no parecГan unas vacaciones.
Riley no pudo evitar preguntarse...
“¿Qué diablos anda mal en m�”.
ВїSimplemente era incapaz de disfrutar de una vida tranquila?
De todos modos, sabГa algo con certeza.
Este perГodo de calma no durarГa. En algГєn lugar, algГєn monstruo estaba cometiendo algГєn acto atroz, y ella tendrГa que detenerlo.
CAPГЌTULO CUATRO
Riley fue despertada la maГ±ana siguiente por el sonido de su telГ©fono vibrando.
Se quejГі en voz alta mientras se despertaba.
“La calma ha terminado”, pensó.
MirГі su telГ©fono y vio que tenГa razГіn. Era un mensaje de texto de su jefe de equipo en la UAC, Brent Meredith. Le decГa que debГa reunirse con Г©l, y estaba escrito en su tГpico estilo conciso...
UAC 8:00
MirГі la hora y se dio cuenta de que tendrГa que darse prisa para poder llegar a la cita prevista a tiempo. QuГЎntico solo quedaba a media hora de su casa, pero tendrГa que salir de aquГ rГЎpido.
Le tomГі a Riley solo unos minutos cepillarse los dientes, peinarse, vestirse y bajar las escaleras deprisa.
Gabriela ya estaba preparando el desayuno en la cocina.
“¿Ya el café está listo?”, preguntó Riley.
“SГ”, dijo Gabriela antes de servirle una taza caliente.
Riley se tomГі el cafГ© rГЎpidamente.
“¿No te da tiempo de desayunar?”, le preguntó Gabriela.
“Me temo que no”.
Gabriela le entregГі un panecillo.
“Entonces llévate esto. Debes comer algo”.
Riley le dio las gracias a Gabriela, bebiГі un poco mГЎs de cafГ© y se precipitГі hacia su auto.
Durante el corto viaje a QuГЎntico, fue inundada por una sensaciГіn peculiar.
ComenzГі a sentirse mejor de como se habГa sentido durante los Гєltimos dГas, hasta un poco eufГіrica.
Era en parte una subida de adrenalina, por supuesto, ya que su cuerpo y mente estaban preparadas para un nuevo caso.
Pero tambiГ©n era algo bastante inquietante, una sensaciГіn de que las cosas de alguna manera estaban volviendo a la normalidad.
Riley suspirГі al darse cuenta de eso.
Se preguntГі quГ© significaba el hecho de que cazar monstruos se sentГa mГЎs normal para ella que pasar tiempo con la gente que amaba.
“No puede ser... normal”, pensó.
Peor aГєn, le recordГі a algo que su padre, un oficial de la Marina brutal y amargado, le habГa dicho antes de morir.
“Eres una cazadora. Te matarГa si trataras de vivir mucho tiempo en aquello que las personas llaman normal”.
Riley deseaba con todo su corazГіn que eso no fuera cierto.
Pero en momentos como estos, no pudo evitar preocuparse. ВїEra imposible para ella desempeГ±ar los papeles de esposa, madre y amiga?
ВїEra inГєtil siquiera intentarlo?
¿“La caza” era lo Гєnico que realmente tenГa en la vida?
No, definitivamente no era lo Гєnico.
Seguramente ni siquiera lo mГЎs importante en su vida.
Con firmeza, se sacГі la cuestiГіn desagradable de su mente.
Cuando llegГі al edificio de la UAC, se estacionГі, entrГі a toda prisa y se dirigiГі directamente a la oficina de Brent Meredith.
Ella vio que Jenn ya estaba allГ, viГ©ndose bastante mГЎs despierta de lo que Riley se sentГa. Riley sabГa que Jenn, como Bill, tenГan un apartamento en la ciudad de QuГЎntico, asГ que no habГa estado tan apurada en llegar. Pero Riley tambiГ©n atribuyГі parte de la frescura maГ±anera de Jenn a su juventud.
Riley habГa sido igual a Jenn de joven, lista y ansiosa de entrar en acciГіn en cualquier momento, a cualquier hora del dГa o de la noche, y capaz de pasar mucho tiempo sin dormir si asГ lo exigГa el trabajo en cuestiГіn.
ВїEsos dГas habГan quedado atrГЎs?
No era un pensamiento agradable, y no hizo nada para mejorar el estado de ГЎnimo ya inquieto de Riley.
Sentado en su escritorio, Brent Meredith se veГa tan formidable como siempre, con sus rasgos negros y angulosos y mirada severa.
Riley se sentГі, y Meredith fue directo al grano.
“Hubo un asesinato esta mañana. Sucedió en la playa pública de la Reserva Natural Belle Terre. ¿Alguna de ustedes está familiarizada con el lugar?”.
Jenn dijo: “He ido un par de veces. Un lugar estupendo para ir de excursión”.
“Yo también he ido”, dijo Riley.
Riley recordaba la reserva natural bastante bien. Quedaba en la BahГa de Chesapeake, a un poco mГЎs de dos horas en auto de QuГЎntico. TenГa varios cientos de hectГЎreas de bosque y una gran playa pГєblica en la bahГa. Era una zona popular para los amantes del aire libre.
Meredith tamborileГі los dedos sobre su escritorio.
“La vГctima se llamaba Todd Brier, un pastor luterano de la ciudad cercana de Sattler. Fue enterrado vivo en la playa”.
Riley se estremeciГі un poco.
ВЎEnterrado vivo!
HabГa tenido pesadillas con eso, pero en realidad nunca habГa trabajado en un caso relacionado con este tipo de asesinato macabro.
Meredith continuГі: “Brier fue encontrado aproximadamente a las siete de las maГ±ana, y parecГa que solo llevaba muerto aproximadamente una hora”.
Jenn preguntó: “¿Por qué es un caso del FBI?”.
Meredith dijo: “Brier no es la primera vГctima. Ayer fue encontrado otro cuerpo cerca, una joven llamada Courtney Wallace”.
Riley contuvo un suspiro.
“No me digas”, dijo. “También enterrada viva”.
“Exacto”, dijo Meredith. “La mataron en una de las rutas de senderismo en la misma reserva natural, al parecer tambiГ©n temprano en la maГ±ana. Fue descubierta mГЎs tarde ese dГa cuando un excursionista se encontrГі con el suelo movido y llamГі a los servicios del parque”.
Meredith se echГі hacia atrГЎs en su silla y la moviГі de un lado a otro.
Dijo: “Hasta ahora, la policГa local no tiene ningГєn sospechoso o testigo. Aparte de los lugares y el MO, no tienen casi nada. Ambas vГctimas eran personas jГіvenes y sanas. No ha habido tiempo para averiguar si estuvieron conectadas de alguna forma, aparte del hecho que ambas estuvieran allГ temprano en la maГ±ana”.
Riley tratГі de darle sentido a lo que acababa de oГr, pero no tenГa casi informaciГіn.
Ella preguntГі: “¿La policГa local acordonГі el ГЎrea?”.
Meredith asintiГі.
“Cerraron la zona boscosa cerca de ese sendero y la mitad de la playa al público. Les dije que no movieran el cuerpo en la playa hasta que mi gente llegara”.
“¿Y el cuerpo de la mujer?”, preguntó Jenn.
“EstГЎ en la morgue de Sattler, la ciudad mГЎs cercana. El mГ©dico forense del distrito Tidewater estГЎ en la playa en este momento. Quiero que ustedes se vayan para allГЎ lo antes posible. LlГ©vense un vehГculo del FBI, algo que llame la atenciГіn. Tengo la esperanza de que si al menos el FBI estГЎ visible en la escena, eso desacelere al asesino. Mi conjetura es que estos no serГЎn sus Гєltimos asesinatos”.
Meredith mirГі a Riley y Jenn.
“¿Alguna pregunta?”, preguntó.
Riley tenГa una pregunta, pero no sabГa si debГa hacerla.
Finalmente dijo: “Señor, quiero hacer una petición”.
“¿Qué?”, dijo Meredith, reclinándose en su silla de nuevo.
“Quiero que el agente especial Jeffreys sea asignado a este caso”.
Los ojos de Meredith se abrieron.
“El agente Jeffreys está de licencia”, dijo. “Estoy seguro de que la agente Roston y tú pueden manejar este caso perfectamente bien”.
“Eso no lo dudo”, dijo Riley. “Pero…”.
Ella vacilГі.
“Pero ¿qué?”, preguntó Meredith.
Riley tragГі grueso. SabГa que a Meredith no le gustaba cuando los agentes pedГan favores personales.
Ella dijo: “Creo que tiene que volver al trabajo, seГ±or. Creo que le harГa bien”.
Meredith frunciГі el ceГ±o y no dijo nada por un momento.
Luego dijo: “No lo asignaré oficialmente al caso. Pero si quieres que trabaje con ustedes de manera informal, no me opondré”.
Riley le dio las gracias, tratando de no ser demasiado efusiva para que no cambiara de parecer. Luego ella y Jenn requisaron un VUD oficial del FBI.
A lo que Jenn comenzГі a conducir hacia el sur, Riley sacГі su telГ©fono celular y le enviГі un mensaje de texto a Bill.
Estoy trabajando en un nuevo caso con Roston. El jefe dice que puedes trabajar con nosotras. Quiero que trabajes con nosotras.
Riley esperГі unos momentos. Su corazГіn latiГі con un poco mГЎs de fuerza cuando el mensaje fue marcado como “leГdo”.
Luego escribiГі...
ВїPodemos contar contigo?
Una vez mГЎs, el mensaje fue marcado como “leГdo”, pero no hubo respuesta.
El ГЎnimo de Riley se hundiГі.
“Tal vez esto no es una buena idea”, pensГі. “Tal vez todavГa es demasiado pronto”.
Deseaba que Bill le respondiera, aunque solo para decirle que no.
CAPГЌTULO CINCO
Mientras Jenn conducГa la camioneta al sur hacia su destino, Riley siguiГі mirando los mensajes de texto que habГa enviado desde su telГ©fono celular.
Bill todavГa no habГa respondido.
Finalmente decidiГі llamarlo.
MarcГі su nГєmero. Para su frustraciГіn, solo oyГі su correo de voz.
Ante el pitido, ella simplemente dijo: “Bill, llámame. Ahora mismo”.
A lo que Riley colocГі su telГ©fono en su regazo, Jenn la mirГі desde detrГЎs del volante.
“¿Pasa algo?”, preguntó Jenn.
“No lo sé”, dijo Riley. “Espero que no”.
Su preocupaciГіn siguiГі en aumento mientras Jenn conducГa. RecordГі un mensaje de texto que habГa recibido de Bill mientras habГa estado trabajando en su caso mГЎs reciente en Iowa...
Solo para que sepas. Llevo rato sentado aquГ con una pistola en mi boca.
Riley se estremeciГі ante el mero recuerdo de la llamada telefГіnica desesperada que habГa venido despuГ©s, cuando logrГі disuadirlo de suicidarse.
ВїEstaba pasando lo mismo?
Si era asГ, ВїquГ© podГa hacer Riley al respecto?
Un ruido agudo y repentino alejГі estos pensamientos de la mente de Riley. Le tomГі un segundo darse cuenta de que Jenn habГa encendido la sirena despuГ©s de encontrarse con trГЎfico lento.
La sirena sirviГі como un gran recordatorio para Riley.
“Tengo que mantenerme enfocada en el trabajo en cuestión”.
*
Riley y Jenn llegaron a la Reserva Natural Belle Terre a eso de las diez y media. Siguieron un camino a la playa hasta que encontraron un par de patrullas y la furgoneta de un mГ©dico forense. MГЎs allГЎ de los vehГculos, en una zona herbosa, habГa una barrera de cinta policial para mantener al pГєblico alejado de la playa.
No vieron la playa de inmediato a lo que se bajaron de la camioneta. Pero Riley vio gaviotas volando sobre su cabeza, sintiГі una brisa fresca en su cara, el aire olГa a sal y oyГі el sonido de las olas.
A Riley le consternaba, mГЎs no le sorprendГa, el hecho de que un pequeГ±o grupo de periodistas ya se habГan aglomerado en la zona de estacionamiento mГЎs allГЎ de la escena del crimen. Se amontonaron alrededor de Riley y Jenn, haciГ©ndoles preguntas.
“Hubo dos asesinatos en dos dГas. ВїEsto es obra de un asesino en serie?”.
“Dieron a conocer el nombre de la vГctima de ayer. ВїYa identificaron a la nueva vГctima?”.
“¿Se comunicaron con la familia de la vГctima?”.
“¿Es cierto que las dos vГctimas fueron enterradas vivas?”.
Riley se encogiГі ante la Гєltima pregunta. Obviamente no le sorprendГa el hecho de que ya se sabГa cГіmo habГan muerto las vГctimas. Los reporteros probablemente se habГan enterado de eso escuchando a los escГЎneres de la policГa local. Pero no tenГa ninguna duda de que los medios de comunicaciГіn caerГan en el sensacionalismo respecto a estos asesinatos.
Riley y Jenn se abrieron paso entre los reporteros sin decir nada. Luego fueron recibidas por un par de policГas locales, quienes las acompaГ±aron mГЎs allГЎ de la cinta policial y la zona herbosa hacia la playa. Riley sintiГі la arena metiГ©ndose en sus zapatos mientras caminaba.
En un momento vieron la escena del crimen.
Varios hombres rodeaban un hoyo cavado en la arena donde el cuerpo aГєn permanecГa. Dos de ellos se dirigieron hacia Riley y Jenn a medida que se aproximaban. Uno de ellos era un hombre robusto y pelirrojo con uniforme. El otro, un hombre delgado con pelo negro rizado, llevaba una camisa blanca.
“Me alegra que llegaran tan rГЎpido”, dijo el hombre pelirrojo cuando Riley y Jenn se presentaron. “Soy Parker Belt, el jefe de policГa de Sattler. Este es Zane Terzis, el mГ©dico forense del distrito Tidewater”.
El jefe Belt llevГі a Riley y Jenn hacia el hoyo y bajaron la mirada al cuerpo medio descubierto.
Riley estaba mГЎs que acostumbrada a ver cadГЎveres en varios estados de mutilaciГіn y descomposiciГіn. A pesar de ello, este la sacudiГі con una especie Гєnica de terror.
Era un hombre rubio, de unos treinta aГ±os de edad, y llevaba ropa para correr adecuada para una caminata fresca de maГ±ana de verano por la playa. Sus brazos permanecГan tendidos en rigor mortis de sus intentos desesperados de desenterrarse. Sus ojos estaban bien cerrados, y su boca abierta estaba llena de arena.
El jefe Belt se detuvo junto a Riley y Jenn.
Belt dijo: “El asesino no se llevГі su cartera, la cual tenГa un montГіn de identificaciГіn. Aunque no la necesitamos. Lo reconocГ justo cuando Terzis y sus hombres descubrieron su rostro. Su nombre es Todd Brier, y Г©l era un pastor luterano en Sattler. Yo no asistГa a su iglesia, soy metodista. Pero lo conocГa. Г‰ramos buenos amigos. Fuimos a pescar juntos varias veces”.
La voz de Belt estaba llena de tristeza y conmociГіn.
“¿Cómo fue encontrado el cuerpo?”, preguntó Riley.
“Un tipo pasГі caminando con su perro”, dijo Belt. “El perro se detuvo aquГ, oliendo y haciendo ruido, y luego comenzГі a cavar, y apareciГі una mano de inmediato”.
“¿El tipo que encontró el cuerpo sigue aqu�”, preguntó Riley.
Belt negГі con la cabeza.
“Lo enviamos a casa. Estaba bastante conmovido. Pero le dijimos que tenГa que estar disponible por si tenГamos preguntas. Te puedo comunicar con Г©l”.
Riley levantГі la mirada del cuerpo al agua, que estaba a unos quince metros de distancia. Las aguas de la BahГa de Chesapeake eran de color azul oscuro, sus olas alcanzando la arena suavemente. Riley veГa que la marea estaba en bajante.
Riley preguntó: “¿Este fue el segundo asesinato?”.
“SГ”, respondiГі Belt tristemente.
“¿Ha sucedido algo como esto antes?”.
“¿AquГ en Belle Terre?”, dijo Belt. “No, para nada. Esta es una reserva pacГfica para aves y vida silvestre. La gente local utiliza esta playa, en su mayorГa familias. De vez en cuando tenemos que detener a algГєn cazador furtivo o resolver una discusiГіn entre visitantes. TambiГ©n tenemos que ahuyentar a vagabundos de vez en cuando. Eso es lo mГЎs grave que sucede aquГ”.
Riley caminГі alrededor del hoyo para mirar el cuerpo desde un ГЎngulo diferente. Ella vio una mancha de sangre en la parte posterior de la cabeza de la vГctima.
“¿Qué piensas de esta herida?”, le preguntó a Terzis.
“Parece que fue golpeado por un objeto duro”, dijo el forense. “La estudiarГ© mejor cuando tenga el cuerpo en la morgue. Pero por su aspecto, dirГa que probablemente fue suficiente para aturdirlo, solo el tiempo suficiente para que no pudiera pelear mientras que el asesino lo estaba enterrando. Dudo que estaba totalmente inconsciente. Es bastante obvio que luchГі mucho”.
Riley se estremeciГі.
SГ, eso era evidente.
Ella le dijo a Jenn: “Toma fotos y envГamelas”.
Jenn inmediatamente sacГі su telГ©fono celular y comenzГі a sacar fotos del hoyo y el cadГЎver. Mientras tanto, Riley caminГі lentamente alrededor del hoyo, mirando la playa desde todas las direcciones. El asesino no habГa dejado muchas pistas. La arena alrededor del hoyo obviamente habГa sido movida por el asesino cuando cavГі, y habГa un rastro de huellas por donde se habГa acercado el trotador.
El asesino tampoco habГa dejado muchas huellas. La arena seca no tenГa la forma de un zapato. Pero Riley veГa donde las yerbas pantanosas por las que habГa llegado habГan sido movidas por otra persona.
Ella seГ±alГі y le dijo a Belt: “Haz que tus chicos recorran la hierba cuidadosamente para ver si alguna fibra quedГі atrapada allГ”.
El jefe asintiГі con la cabeza.
Riley comenzГі a sentir una sensaciГіn familiar, una sensaciГіn que a veces la inundaba en una escena del crimen.
No la habГa sentido mucho durante sus casos mГЎs recientes. Pero era una sensaciГіn bienvenida, una que sabГa que podГa utilizar como una herramienta.
Era una sensaciГіn extraГ±a del asesino en sГ.
Si permitГa que esa sensaciГіn la inundara por completo, probablemente obtendrГa alguna idea sobre lo que habГa ocurrido aquГ.
Riley se alejГі unos pasos del grupo reunido en la escena. MirГі a Jenn y vio que su compaГ±era la estaba observando. Riley sabГa que Jenn estaba al tanto de su reputaciГіn de entrar en las mentes de los asesinos. Riley asintiГі, y vio a Jenn entrar en acciГіn, haciendo preguntas propias, distrayendo a los demГЎs en la escena y dГЎndole a Riley unos momentos para concentrar sus habilidades.
Riley cerrГі los ojos y tratГі de imaginarse la escena en el momento del asesinato.
ImГЎgenes y sonidos la asaltaron con bastante facilidad.
Estaba un poco oscuro, y la playa estaba tenebrosa, pero habГa rastros de luz en el cielo al otro lado del agua, desde donde el sol saldrГa mГЎs tarde, y al menos se podГa ver.
La marea estaba alta, y el agua probablemente solo estaba a un tiro de piedra de distancia, por lo que el sonido de las olas era fuerte.
“Lo suficientemente fuerte como para apenas poder oГrse a sГ mismo cavar”, se dio cuenta Riley.
En ese momento, a Riley no le costó entrar en una mente extraña…
SГ, Г©l estaba cavando, y ella sentГa la tensiГіn de sus mГєsculos mientras echaba paladas de arena, sentГa la mezcla de sudor y bruma en su rostro.
Cavar no era una tarea fГЎcil. De hecho, era un poco frustrante.
No era fГЎcil cavar un hoyo en arena de playa como esta.
La arena tenГa una forma de volver a llenar parcialmente el espacio donde cavaba.
Él estaba pensando…
“No será muy profundo. Pero no tiene que ser profundo”.
No dejaba de mirar hacia la playa, en busca de su presa. Y, por supuesto, no tardГі en aparecer, corriendo por ahГ con satisfacciГіn.
Y en el momento perfecto, ya que el hoyo estaba lo suficientemente profundo.
El asesino empujГі la pala en la arena, levantГі las manos y saludГі.
“¡Ven aquГ!”, le gritГі al trotador.
Aunque no importaba lo que gritara. Sobre el sonido de las olas, el trotador no serГa capaz de distinguir sus palabras, solo un grito ahogado.
El trotador se detuvo ante el sonido y mirГі en su direcciГіn.
Luego se acercГі al asesino.
El trotador estaba sonriendo mientras se acercaba, y el asesino le devolviГі la sonrisa.
En poco tiempo estuvieron al alcance del oГdo del otro.
“¿Qué pasa?”, gritó el trotador sobre las olas.
“Ven aquГ, te lo mostraré”, le gritГі el asesino.
El trotador se acercГі al lugar donde se encontraba el asesino.
“Mira ahà abajo”, dijo el asesino. “Mira muy de cerca”.
El trotador se agachó y, con un movimiento rápido y hábil, el asesino cogió la pala y lo golpeó en la parte posterior de su cabeza, haciéndolo caer en el hoyo…
Riley fue sacada de su ensoГ±aciГіn por el sonido de la voz del jefe Belt.
“¿Agente Paige?”.
Riley abriГі los ojos y vio que Belt la miraba con una expresiГіn curiosa. No habГa sido distraГdo por las preguntas de Jenn.
Él dijo: “Creo que te nos fuiste por unos momentos”.
Riley oyГі a Jenn reГrse.
“Ella hace eso a veces”, le dijo Jenn al jefe. “No te preocupes, está trabajando”.
Riley analizГі lo que habГa visto en su mente rГЎpidamente, todo muy hipotГ©tico, por supuesto, y apenas una sensaciГіn de todo lo que habГa sucedido.
Pero se sentГa muy segura de un detalle: que el trotador se habГa acercado porque el asesino lo habГa llamado y que lo habГa hecho sin miedo.
Este era un detalle pequeГ±o, pero crucial.
Riley le dijo al jefe de policГa: “El asesino es encantador, simpГЎtico. Las personas confГan en Г©l”.
Los ojos del jefe se abrieron de par en par.
“¿Cómo lo sabes?”, preguntó.
Riley oyГі la risa de alguien que se acercaba detrГЎs de ella.
“Créeme, ella sabe lo que está haciendo”.
Se dio la vuelta ante el sonido de la voz.
Se sintiГі muy alegre ante lo que vio.
CAPГЌTULO SEIS
El jefe Belt dio un paso hacia el hombre que se acercaba.
Le dijo: “Señor, esta área está cerrada. ¿No vio la cinta policial?”.
“Está bien”, dijo Riley. “Este es el agente especial Bill Jeffreys. Él está con nosotras”.
Riley corriГі hacia Bill y lo alejГі lo suficiente como para no ser escuchados por los demГЎs.
“¿Qué pasó?”, preguntó. ¿Por qué no respondiste mis mensajes de texto?”.
Bill sonriГі con timidez.
“Me comporté como un idiota. Yo…”. Su voz se quebró y él apartó la mirada.
Riley esperГі su respuesta.
Finalmente, dijo: “Cuando recibГ tus mensajes de texto, no sabГa si estaba preparado para esto o no. LlamГ© a Meredith para que me diera mГЎs detalles, pero todavГa no sabГa si estaba listo. Caray, no sabГa si estaba listo cuando empecГ© a conducir hasta aquГ. No sabГa si estaba listo hasta ahora mismo cuando vi…”.
SeГ±alГі el cuerpo.
Y agregó: “Ahora lo sé. Estoy listo para volver al trabajo. Cuenta conmigo”.
Su voz era firme y su expresiГіn le decГa que iba en serio. Riley dio un gran suspiro de alivio.
LlevГі a Bill de nuevo a los funcionarios agrupados alrededor del cuerpo en el hoyo. Lo introdujo al jefe de policГa y al mГ©dico forense.
Jenn ya conocГa a Bill y se veГa contenta de verlo, y esto agradГі a Riley. Lo Гєltimo que necesitaba era que Jenn se sintiera marginada o resentida.
Riley y los demГЎs le dijeron a Bill lo poco que sabГan hasta ahora y Bill escuchГі con gran interГ©s.
Finalmente, Bill le dijo al forense: “Creo que ya pueden llevarse el cuerpo, si la agente Paige está de acuerdo”.
“Estoy de acuerdo”, respondiГі Riley. Le alegraba el hecho de que Bill parecГa el mismo de siempre, con ganas de afirmar su autoridad.
Mientras el equipo del forense comenzГі a sacar el cuerpo del hoyo, Bill estudiГі el ГЎrea.
Le preguntó a Riley: “¿Revisaste el área del otro asesinato?”.
“TodavГa no”, respondiГі ella.
“Entonces deberГamos ir a hacer eso”, dijo.
Riley le dijo al jefe Belt: “Vamos a echarle un vistazo a la otra escena del crimen”.
El jefe asintió con la cabeza. “Queda a unos tres kilómetros dentro de la reserva natural”, agregó.
Todos ellos lograron abrirse paso por los reporteros de nuevo sin hacer comentarios. Riley, Bill y Jenn se metieron en la camioneta del FBI y el jefe se llevГі otro auto. El jefe los alejГі de la playa, a lo largo de un camino de arena a una zona boscosa. Estacionaron sus autos cuando llegaron al final del camino. Riley y sus colegas siguieron a los dos funcionarios a pie por un sendero entre ГЎrboles.
El jefe mantuvo al grupo a un lado del camino, seГ±alando unas huellas distintas aquГ en la tierra firme.
“Tenis deportivas comunes y corrientes”, comentó Bill.
Riley asintiГі. VeГa las huellas en ambas direcciones. Pero se sintiГі segura de que no les ofrecerГan mucha informaciГіn, excepto la talla de zapato del asesino.
Sin embargo, algunas marcas interesantes se intercalaban con las huellas. Dos lГneas movidas fueron excavadas en el suelo.
“¿QuГ© opinas de esas lГneas?”, le preguntГі Riley a Bill.
“Huellas de una carretilla, yendo y viniendo”, dijo Bill. Miró por encima del hombro hacia el camino y agregó: “Mi conjetura es que el asesino se estacionó cerca de donde nos estacionamos nosotros y llevó sus herramientas por este camino”.
“Eso es lo que dedujimos nosotros también”, concordó Belt. “Y se fue también por este camino”.
En poco tiempo llegaron a un lugar donde el camino se cruzaba con uno mГЎs estrecho. En medio de este camino mГЎs pequeГ±o habГa un hoyo largo y profundo. Era aproximadamente igual de ancho que el camino en sГ.
El jefe Belt seГ±alГі el lugar donde el nuevo camino salГa de los ГЎrboles circundantes. “Parece que la otra vГctima llegГі trotando de esa direcciГіn”, dijo. “El hoyo estaba camuflado, y cayГі adentro”.
Terzis agregГі: “Su tobillo estaba muy fracturado, probablemente de la caГda. AsГ que no pudo hacer nada cuando el asesino empezГі a echarle tierra”.
Riley volviГі a estremecerse al pensar en esa muerte horrible.
Jenn dijo: “Y todo esto sucedió ayer”.
Terzis asintió y dijo: “Estoy seguro de que el momento del fallecimiento fue idéntico al del asesinato en la playa, probablemente a las seis de la mañana”.
“Antes del amanecer”, agregГі Belt. “HabrГa estado bastante oscuro. Un trotador que pasГі por aquГ despuГ©s del amanecer vio que la tierra habГa sido movida y nos llamó”.
Mientras Jenn comenzГі a tomar mГЎs fotos, Riley estudiГі la zona. Se fijГі en unos matorrales aplastados que habГan sido atravesados por la carretilla. VeГa el lugar donde el asesino habГa amontonado tierra a unos cuatro metros del sendero. HabГa bastantes ГЎrboles por esos senderos, asГ que la trotadora no vio ni el asesino ni la tierra.
Ahora el hoyo habГa sido re-excavado por los policГas, quienes habГan amontonado la tierra a un lado.
Riley recordГі que Meredith habГa mencionado el nombre de la vГctima en QuГЎntico, pero no podГa recordarlo en este momento,
Ella le dijo al jefe Belt: “Supongo que pudieron identificar a la vГctima”.
“AsГ es”, dijo Belt. “TenГa su identificaciГіn encima, al igual que Todd Brier. Su nombre era Courtney Wallace. Ella vivГa en Sattler, pero no la conocГa personalmente. AsГ que no puedo decirles nada mГЎs de ella por los momentos, excepto que era joven, probablemente veinteaГ±era”.
Riley se arrodillГі junto al hoyo y mirГі dentro. De inmediato vio cГіmo el asesino habГa tendido la trampa. En el fondo del hoyo habГa una manta pesada con hojas y desechos enredados en ella. HabГa sido extendida sobre el hoyo, imperceptible para un trotador incauto, especialmente en la luz antes del amanecer.
Hizo una nota mental para llamar al equipo forense de la UAC para que revisaran ambas escenas del crimen. Tal vez podrГan rastrear el origen de la manta.
Mientras tanto, Riley estaba sintiendo la misma sensaciГіn que habГa sentido en la playa, de poder meterse en la mente del asesino. La sensaciГіn no era tan vГvida esta vez. Pero podГa imaginar al asesino posado donde ella estaba de rodillas en este momento, mirando a su presa indefensa.
Entonces ВїquГ© hizo en esos momentos antes de empezar a enterrarla viva?
RecordГі su impresiГіn de antes, que el asesino era encantador y agradable.
Probablemente fingiГі sorpresa al encontrar a la joven en el fondo de este hoyГі al principio. Es posible que incluso le haya dado la impresiГіn a la mujer de que la ayudarГa a salir.
“Ella confió en él”, pensó Riley. “Aunque solo por un momento”.
Luego empezГі a burlarse de ella.
Y, despuГ©s de poco, comenzГі a verter carretillas llenas de tierra sobre ella.
DebiГі haber gritado cuando finalmente se dio cuenta de lo que sucedГa.
ВїCГіmo respondiГі al sonido de sus gritos?
Riley sintiГі que su crueldad emergiГі por completo. Se detuvo para verter una sola palada de tierra en su rostro, no tanto para que dejara de gritar, sino para atormentarla.
Todo el cuerpo de Riley se estremeciГі.
SintiГі alivio cuando esa sensaciГіn de conexiГіn comenzГі a desvanecerse.
Ahora podГa volver a analizar la escena del crimen con una opiniГіn mГЎs objetiva.
La forma del hoyo le parecГa extraГ±a. El extremo donde ella estaba parada habГa sido cavado en forma de cuГ±a afilada. El otro extremo reflejaba la misma forma, solamente invertida.
ParecГa que el asesino se habГa esforzado por hacer esa forma.
“Pero Вїpor quГ©?”, se preguntГі Riley. “¿QuГ© podrГa significar?”.
En ese momento, oyГі la voz de Bill desde algГєn lugar detrГЎs de ella.
“Encontré algo. Vengan a echarle un vistazo”.
CAPГЌTULO SIETE
Riley se dio la vuelta para ver lo que Bill habГa encontrado. Su voz venГa desde detrГЎs de los ГЎrboles a un lado del camino.
“¿Qué es?”, dijo el jefe Belt.
“¿Qué encontraste?”, dijo Terzis.
“Solo vengan”, gritó Bill.
Riley se puso de pie y se dirigiГі hacia Г©l. VeГa el arbusto por donde se habГa alejado del camino.
“¿Ya vienen?”, preguntó Bill, comenzando a sonar un poco impaciente.
Riley sabГa por su tono de voz que hablaba en serio.
Seguida de Belt y Terzis, se abriГі paso entre el matorral hasta que llegГі al pequeГ±o espacio abierto donde Bill estaba parado, mirando el suelo.
Definitivamente habГa encontrado algo.
HabГa otro pedazo de tela en el suelo, sostenido en su lugar por pequeГ±as estacas en las esquinas.
“Dios mГo”, murmurГі Terzis.
“Espero no sea otro cuerpo”, dijo Belt.
Pero Riley sabГa que tenГa que ser algo diferente. Por una parte, el hoyo era mucho mГЎs pequeГ±o que el otro, y era cuadrado.
Bill estaba colocГЎndose guantes de plГЎstico para evitar dejar huellas dactilares en lo que estaba a punto de descubrir. Luego se arrodillГі y tirГі suavemente de la tela.
Lo Гєnico que Riley vio fue una pieza circular de madera oscura y pulida.
Bill tomГі el cГrculo de madera cuidadosamente con las dos manos y tirГі de Г©l hacia arriba.
Todos excepto Bill jadearon ante lo que sacГі lentamente del hoyo.
“¡Un reloj de arena!”, dijo el jefe Belt.
“El más grande que jamás he visto”, agregó Terzis.
Y era cierto, el reloj de arena era de casi un metro de alto.
“¿Seguro que no es una trampa?”, advirtió Riley.
Bill se puso en pie con el objeto, manteniГ©ndolo perpendicular, manejГЎndolo con la misma delicadeza con la que podrГa manejar un artefacto explosivo. Lo colocГі en posiciГіn vertical en el suelo al lado del hoyo.
Riley se arrodillГі y lo examinГі de cerca. La cosa no parecГa tener ningГєn cable o resorte. Pero ВїhabГa ocultado algo debajo de la arena? InclinГі la cosa a un lado y no vio nada extraГ±o.
“Es solo un gran reloj de arena”, murmuró. “Y escondido al igual que la trampa en el sendero”.
“No es un reloj de arena, exactamente”, dijo Bill. “Estoy bastante seguro de que mide un perГodo de tiempo superior a una hora”.
El objeto le pareciГі a Riley sorprendentemente hermoso. Los dos receptГЎculos de vidrio tenГan una forma hermosa y estaban conectados entre sГ por una estrecha abertura. Las piezas de madera redondas estaban conectadas por tres varillas de madera, talladas en patrones decorativos. La parte superior fue tallada en un patrГіn ondulado. La madera era oscura y estaba bien pulida.
Riley los habГa visto antes, versiones mГЎs pequeГ±as para cocinar que contaban tres, cinco o veinte minutos. Este era mucho, mucho mГЎs grande, medГa casi un metro de alto.
El receptГЎculo inferior estaba parcialmente lleno de arena de color tostado.
No habГa arena en el globo superior.
El jefe Belt le preguntó a Bill: “¿Cómo supiste que algo estaba aqu�”.
Bill estaba en cuclillas al lado del reloj de arena, examinándolo atentamente. Él preguntó: “¿Alguien más notó algo extraño en la forma del hoyo en el sendero?”.
“SГ, yo sГ”, dijo Riley. “Los extremos del hoyo habГan sido cavados de forma extraГ±a”.
Bill asintiГі.
“Era más o menos la forma de una flecha. La flecha señalaba al lugar donde el camino se curvaba y algunos de los arbustos estaban descompuestos. Asà que me fui al lugar que estaba señalando”.
El jefe Belt todavГa estaba mirando el reloj de arena con asombro.
“Bueno, qué suerte que lo hayas encontrado”, dijo.
“El asesino querГa que buscГЎramos aquГ”, murmurГі Riley. “QuerГa que descubriГ©ramos esto”.
Riley mirГі a Bill, y luego a Jenn. SabГan que estaban pensando justo lo que ella estaba pensando.
La arena se habГa vaciado.
De algГєn modo, de alguna forma que no entendГan todavГa, eso significaba que no habГan tenido suerte en absoluto.
Riley miró a Belt y le preguntó: “¿Alguno de tus hombres encontró un reloj de arena como este en la playa?”.
Belt negó la cabeza y dijo: “No”.
Riley sintiГі un cosquilleo de intuiciГіn.
“Entonces no buscaron lo suficientemente bien”, dijo.
Ni Belt ni Terzis hablaron por un momento. ParecГan no poder creer lo que estaban oyendo.
Luego Belt dijo: “Mira, algo como esto seguramente habrГa sobresalido. Estoy seguro de que no habГa nada parecido en la zona”.
Riley frunciГі el ceГ±o. Esta cosa que habГa sido colocada tan cuidadosamente tenГa que ser importante. Estaba segura de que los policГas habГan pasado por alto algГєn otro reloj de arena.
De hecho, Bill, Jenn y ella tambiГ©n tuvieron que haberlo pasado por alto en la playa. ВїDГіnde podrГa estar?
“Tenemos que volver para buscar”, dijo Riley.
Bill llevГі el enorme reloj de arena a la camioneta. Jenn abriГі la parte de atrГЎs, y ella y Bill colocaron el objeto adentro, asegurГЎndose de que estuviera estabilizado por si habГa algГєn movimiento repentino o brusco. Lo cubrieron con una manta que estaba en la camioneta.
Riley, Bill y Jenn se subieron a la camioneta y siguieron la patrulla del jefe de policГa de vuelta a la playa.
El nГєmero de periodistas reunidos en la zona de estacionamiento habГa aumentado, y cada vez estaban mГЎs agresivos. A lo que Riley y sus colegas se abrieron paso entre ellos y mГЎs allГЎ de la cinta amarilla, se preguntГі cuГЎnto tiempo mГЎs serГan capaces de ignorar sus preguntas.
Cuando llegaron a la playa, el cuerpo ya no estaba en el hoyo. El equipo del mГ©dico forense ya lo habГa cargado en la furgoneta. Los policГas locales todavГa estaban revisando la zona en busca de pistas.
Belt llamГі a sus hombres, quienes se acercaron a Г©l.
“¿Alguien ha visto un reloj de arena por aqu�”, preguntó. “Un reloj de arena gigante, al menos de un metro de alto”.
Los policГas quedaron perplejos por la pregunta. Ellos movieron la cabeza y dijeron que no.
Riley estaba empezando a impacientarse.
“Tiene que estar por aquГ”, pensГі. SubiГі a la cima de una elevaciГіn cubierta de hierba y mirГі a su alrededor. Pero no veГa ningГєn reloj de arena, ni siquiera arena perturbada que indicarГa algo reciГ©n enterrado.
ВїSu intuiciГіn estaba jugГЎndole una mala pasada? Eso pasaba a veces.
“No esta vez”, pensó.
Estaba segura de ello en sus entraГ±as.
Ella volviГі y se quedГі mirando dentro del hoyo. Era muy diferente al del bosque. Era mГЎs superficial, y no tenГa forma. El asesino no pudo haber formado la arena seca de la playa en un puntero si lo hubiera intentado.
Se dio la vuelta y observГі en todas las direcciones.
Lo Гєnico que vio fue arena y olas.
La marea estaba baja. El asesino podrГa haber hecho una especie de flecha hГєmeda en la arena, pero habrГa sido vista de inmediato. Si no hubiera sido destruida, todavГa estarГa visible.
Le preguntГі a los demГЎs: “¿Han visto a otra persona cerca de aquГ, aparte del hombre con el perro que encontrГі el cuerpo?”.
Los policГas se encogieron de hombros y se miraron.
Uno de ellos dijo: “Nadie, excepto Rags Tucker”.
Los ojos de Riley se abrieron.
“¿Quién es él?”, preguntó ella.
“Solo un viejo y excéntrico vagabundo de playa”, dijo el jefe Belt. “Vive en una pequeña tienda india por allá”.
Belt seГ±alГі por la playa, donde la costa se curvaba lejos de la zona donde se encontraban.
Riley estaba un poco enfadada.
“¿Por quГ© nadie lo habГa mencionado?”, espetГі ella.
“No tenГa sentido hacerlo”, dijo Belt. “Hablamos con Г©l justo cuando llegamos. No vio nada que tuviera que ver con el asesinato. Dijo que estaba dormido cuando sucedió”.
Riley soltГі un gemido de irritaciГіn.
“Vamos a visitar a este tipo”, dijo.
Seguida por Bill, Jenn y el jefe Belt, ella comenzГі a caminar por la arena.
Mientras caminaban, Riley le dijo a Belt: “CreГ que habГas cerrado la playa”.
“Lo hicimos”, dijo Belt.
“Entonces ¿por qué diablos sigue alguien aqu�”, preguntó Riley.
“Bueno, como te dije, Rags vive aquГ”, dijo Belt. “No tenГa sentido echarlo. AdemГЎs, no tiene otro lugar adonde ir”.
DespuГ©s de doblar la curva, Belt los llevГі al otro lado de la arena a una elevaciГіn herbosa. El grupo se abriГі paso entre la suave arena y hierba alta a la cima de la subida. Desde ahГ Riley vio una pequeГ±a choza improvisada a unos noventa metros de distancia.
“Esa es la casa del viejo Rags”, dijo Belt.
A medida que se acercaban, Riley vio que estaba cubierta con bolsas de plГЎstico y mantas. AquГ detrГЎs de la subida la marea no la alcanzaba. La tienda india estaba rodeada de mantas cubiertas con lo que parecГa ser un surtido de objetos locos.
Riley le dijo a Belt: “Háblame de este personaje Rags Tucker. ¿Belle Terre no tiene reglas en contra de la vagancia?”.
Belt se echГі a reГr.
Г‰l dijo: “Bueno, sГ, pero Rags no es exactamente un vagabundo. Es colorido, y le agrada a la gente, especialmente a los visitantes. Y no es un sospechoso, crГ©eme. Г‰l es el tipo mГЎs inofensivo del mundo”.
Belt seГ±alГі las cosas en la manta.
“Tiene una especie de negocio con todas estas cosas. Él recoge basura de la playa, y la gente acude a él para comprarle cosas, o para intercambiar cosas que ya no quieren. En gran parte es solo una excusa para que la gente se quede a hablar con él. Lo hace todo el verano, durante el tiempo que el clima es tolerable. Se las arregla para reunir el dinero suficiente para alquilar un pequeño apartamento barato en Sattler para el invierno. Luego regresa cuando el clima se vuelve a poner agradable”.
A medida que se acercaban, Riley pudo ver los objetos con mayor claridad. Realmente era una extraГ±a colecciГіn que incluГa trozos de madera, conchas y otros objetos naturales, pero tambiГ©n tostadoras viejas, televisores rotos, lГЎmparas antiguas y otros artГculos que los visitantes, sin duda, le habГan traГdo.
Cuando llegaron a la orilla de las mantas extendidas, Belt dijo: “Hola, Rags. Me pregunto si podrГamos hablar un poco mГЎs”.
Una voz ronca respondiГі desde adentro de la tienda india.
“Ya te dije que no vi a nadie. ¿No han atrapado al asqueroso? No me gusta la idea de un asesino en mi playa. Si supiera algo, ya te lo hubiera dicho”.
Riley dio un paso hacia la tienda india y dijo: “Rags, necesito hablar con usted”.
“¿Quién eres tú?”.
“FBI. Me pregunto si tal vez se encontró un reloj de arena gigante”.
No hubo respuesta por unos momentos. Luego una mano dentro de la tienda india echГі a un lado una sГЎbana que cubrГa la abertura.
Adentro habГa un hombre flaco sentado con las piernas cruzadas, sus ojos grandes mirГЎndola.
Y justo delante de Г©l habГa un reloj de arena enorme.
CAPГЌTULO OCHO
El hombre de la tienda india se limitГі a mirar a Riley con ojos grises grandes. Riley mirГі el vagabundo y el gran reloj de arena delante de Г©l. Le pareciГі difГcil decidir quГ© era lo mГЎs sorprendente.
Rags Tucker tenГa cabello gris largo y una barba que le llegaba hasta la cintura. Su ropa suelta hecha jirones complementaba el look.
Naturalmente, se preguntГі...
“¿Este tipo es un sospechoso?”.
Le pareciГі difГcil de creer. Sus extremidades eran flacas y larguiruchas, y no parecГa lo suficientemente robusto como para haber llevado a cabo cualquiera de estos asesinatos. ParecГa bastante inofensivo.
Riley tambiГ©n sospechaba que su aspecto desaliГ±ado era una pantalla. No olГa mal, al menos desde donde estaba, y su ropa se veГa limpia, a pesar del desgaste.
En cuanto al reloj de arena, se parecГa mucho al que ellos habГan encontrado en el camino. Era mГЎs de un metro de alto, con ondas talladas en la parte superior y tres varillas hГЎbilmente talladas que sostenГan todo.
Sin embargo, no era idГ©ntico al otro. Por un lado, la madera no era tan oscura, mГЎs bien de un color marrГіn rojizo. Aunque los patrones tallados eran similares, no parecГan rГ©plicas exactas de los diseГ±os que habГan visto en el primer reloj de arena.
Pero esas pequeГ±as variaciones no eran las diferencias mГЎs importantes entre los dos.
El mayor contraste era la arena que marcaba el paso del tiempo. En el reloj de arena que Bill habГa encontrado entre los ГЎrboles, toda la arena estaba en el receptГЎculo inferior. Pero en este reloj de arena, la mayor parte de la arena todavГa estaba en el receptГЎculo superior.
Esta arena estaba en movimiento, vaciГЎndose lentamente en el otro receptГЎculo.
Riley estaba segura de una cosa: que el asesino habГa querido que encontraran este reloj de arena, tan cierto como que habГa querido que encontraran el otro.
Tucker finalmente hablГі. “¿CГіmo sabГas que lo tenГa?”, le preguntГі a Riley.
Riley sacГі su placa.
“Yo haré las preguntas, si no le molesta”, dijo en una voz no amenazante. “¿Cómo lo consiguió?”.
Tucker se encogiГі de hombros.
“Fue un regalo”, dijo.
“¿De quién?”, preguntó Riley.
“De los dioses, tal vez. Prácticamente cayó del cielo. Cuando salà esta mañana, lo vi de inmediato, allá en las mantas con mis otras cosas. Lo metà a la tienda y me volvà a dormir. Entonces me volvà a despertar, y he estado aquà sentado mirándolo por un tiempo”.
Se quedГі mirando el reloj de arena fijamente.
“Nunca habГa visto al tiempo pasar”, dijo. “Es una experiencia Гєnica. Se siente como si el tiempo pasara lento y rГЎpido al mismo tiempo. Y hay una sensaciГіn de inevitabilidad al respecto. Como dicen, no se puede volver atrГЎs en el tiempo”.
Riley le preguntó a Tucker: “¿La arena estaba corriendo asà cuando lo encontró, o usted le dio la vuelta?”.
“No le hice nada”, dijo Tucker. “¿Crees que me atreverГa a cambiar el flujo del tiempo? No me meto con asuntos cГіsmicos como ese. No soy tan estГєpido”.
“No, no es estúpido en absoluto”, pensó Riley.
Ella sentГa que estaba empezando a entender a Rags Tucker mejor con cada momento que conversaban. Cultivaba con cuidado este personaje vagabundo para el entretenimiento de los visitantes. Se habГa convertido en una atracciГіn local aquГ en Belle Terre. Y por lo que el jefe Belt habГa hablado de Г©l, Riley sabГa que se ganaba una vida modesta con ello. Se habГa establecido como un adorno local y tenГa un permiso tГЎcito para vivir exactamente donde querГa.
Rags Tucker estaba aquГ para entretener y ser entretenido.
Riley se dio cuenta de que esta era una situaciГіn delicada.
Necesitaba quitarle el reloj de arena. QuerГa hacerlo rГЎpido y sin alboroto.
Pero ВїestarГa dispuesto a renunciar al reloj?
Aunque conocГa las leyes de registro y confiscaciones perfectamente bien, no estaba del todo segura acerca de cГіmo aplicaban a un vagabundo que vivГa en una tienda india en propiedad pГєblica.
PreferirГa lidiar con esto sin tener que obtener una orden judicial. Pero tenГa que proceder con cuidado.
Ella le dijo a Tucker: “Creemos que pudo haber sido dejado aquà por la persona que cometió los dos asesinatos”.
Los ojos de Tucker se abrieron de par en par.
Luego Riley dijo: “Tenemos que llevarnos este reloj de arena. PodrГa ser una prueba importante”.
Tucker negГі con la cabeza lentamente.
Él dijo: “Está olvidando la ley de la playa”.
“¿Cuál es esa?”, dijo Riley.
“�El que se lo encuentra se lo queda’. Además, si esto realmente es un regalo de los dioses, no creo que deba separarme de él. No quiero violentar la voluntad del cosmos”.
Riley estudiГі su expresiГіn. Se dio cuenta de que no estaba loco ni delirante, aunque a veces podrГa actuar como tal. Eso formaba parte del espectГЎculo.
No, este vagabundo en particular sabГa exactamente lo que estaba haciendo y diciendo.
“Este es su negocio”, pensó Riley.
Riley abriГі su cartera, sacГі un billete de veinte dГіlares y se lo ofreciГі.
Ella dijo: “Tal vez esto ayudará a aclarar las cosas con el cosmos”.
Tucker esbozГі una pequeГ±a sonrisa.
“No sé”, dijo. “El universo está muy caro”.
Riley sentГa que estaba entendiendo al hombre, asГ como tambiГ©n cГіmo seguirle el juego.
Ella dijo: “Siempre en expansión, ¿eh?”.
“SГ, desde el Big Bang”, dijo Tucker. Se frotГі los dedos y agregГі: “Y me enterГ© que estГЎ atravesando una nueva fase inflacionaria”.
Riley no pudo evitar admirar la astucia y la creatividad del hombre. Supuso que lo mejor serГa cerrar un trato con Г©l antes de que la conversaciГіn se profundizara mГЎs, hasta el punto de que no llegara a entender nada.
SacГі otro billete de veinte dГіlares de su cartera.
Tucker arrebatГі ambos billetes de veinte de su mano.
“Es suyo”, dijo. “CuГdelo mucho. Tengo la sensaciГіn de que esa cosa es muy poderosa”.
Riley se encontrГі pensando que tenГa razГіn, probablemente mГЎs razГіn de la que creГa.
Con una sonrisa, Rags Tucker agregó: “Creo que puede con eso”.
Bill se puso los guantes de nuevo y se acercГі al reloj de arena para tomarlo.
Riley le dijo: “Ten cuidado, muévelo lo menos que puedas. No queremos interferir con la rapidez con la que se está moviendo”.
A lo que Bill tomó el reloj de arena, Riley le dijo a Tucker: “Gracias por su ayuda. Quizá volvamos a hacerle más preguntas. Espero esté disponible”.
Tucker se encogió de hombros y dijo: “Aquà estaré”.
A lo que se dieron la vuelta para irse, el jefe Belt le preguntГі a Riley: “¿En cuГЎnto tiempo crees que toda la arena se vacГe en la parte inferior?”.
Riley recordГі que el mГ©dico forense habГa dicho que ambos asesinatos habГan tenido lugar aproximadamente a las seis de la maГ±ana. Riley mirГі su reloj. Ahora eran casi las once. Hizo unos cГЎlculos en su mente.
Riley le dijo a Belt: “La arena se agotará aproximadamente en diecinueve horas”.
“¿Que pasará en ese entonces?”, preguntó Bill.
“Alguien morirá”, dijo Riley.
CAPГЌTULO NUEVE
Riley no podГa sacarse las palabras de Rags Tucker de su mente.
“Y hay una sensación de inevitabilidad al respecto”.
Ella y sus colegas estaban haciendo su camino de regreso por la playa hacia la escena del crimen. Bill llevaba el reloj de arena, y Jenn y el jefe Belt lo flanqueaban para ayudarlo a mantenerlo estable. Estaban tratando de no afectar el flujo de arena. Y, por supuesto, de esa arena fue que la Rags habГa hablado.
Inevitabilidad.
Aunque se estremeciГі ante la idea, se dio cuenta de que era exactamente el efecto que el asesino tenГa en mente.
Los querГa hacer sentir que su prГіximo asesinato era inevitable.
Era su forma de ponerlos nerviosos.
Riley sabГa que no debГan agitarse demasiado, pero le preocupaba que eso no serГa fГЎcil.
Mientras caminaba por la arena, sacГі su celular y llamГі a Brent Meredith.
Cuando contestó, ella dijo: “Señor, tenemos una situación grave en nuestras manos”.
“¿Qué pasa?”, preguntó Meredith.
“Nuestro asesino atacará cada veinticuatro horas”.
“Dios mГo”, dijo Meredith. “¿CГіmo lo sabes?”.
Riley estaba a punto de explicarle todo, pero cambiГі de opiniГіn. SerГa mejor si Г©l realmente pudiera ver ambos relojes de arena.
“Ya vamos de regreso a la camioneta”, dijo Riley. “Te llamarГ© por video cuando estemos allГ”.
Riley finalizГі la llamada justo cuando llegaron a la escena del crimen. Los policГas de Belt seguГan en las yerbas pantanosas en busca de pistas. Quedaron boquiabiertos a lo que vieron a Bill cargando el enorme reloj de arena.
“¿QuГ© demonios es eso?”, preguntГі uno de los policГas.
“Evidencia”, dijo Belt.
Se le ocurriГі a Riley que lo Гєltimo que querГa en este momento era que los reporteros lograran echarle un vistazo al reloj de arena. Si eso ocurrГa, se correrГa aГєn mГЎs la voz, empeorando esta situaciГіn ya caГіtica. Y seguramente habrГa reporteros al acecho en la zona de estacionamiento. Ellos ya sabГan que dos personas habГan sido enterradas vivas. JamГЎs se rendirГan hasta tener su historia.
Se volvió hacia el jefe Belt y le preguntó: “¿Me puedes prestar tu chaqueta?”.
Belt se quitГі la chaqueta y se la entregГі. Riley la usГі para cubrir el reloj de arena con cuidado.
“Vamos”, les dijo Riley a Bill y Jenn. “Tratemos de meter esto en nuestro vehГculo sin atraer demasiada atenciГіn”.
Sin embargo, cuando ella y sus dos colegas salieron de la cinta policial, Riley vio que habГan llegado mГЎs reporteros. Se amontonaron alrededor de Bill, exigiendo saber lo que llevaba.
Riley sintiГі una sacudida de alarma mientras apretaban a Bill, quien estaba tratando de mantener el reloj de arena lo mГЎs estable posible. Los empujones por sГ solos podrГan ser suficientes para interferir con el flujo de arena. Peor aГєn, alguien podrГa hacerlo caer de sus manos.
Ella le dijo a Jenn: “Tenemos que alejarlos de Bill”.
Ella y Jenn se abrieron paso entre los reporteros, ordenГЎndolos a retroceder.
Los reporteros obedecieron sin mucho alboroto y se quedaron mirando embobados.
Riley se dio cuenta rГЎpidamente...
“Probablemente piensan que es una bomba”.
DespuГ©s de todo, esa posibilidad se le habГa ocurrido a ella y sus colegas en el bosque cuando Bill descubriГі el primer reloj de arena.
Riley se encogiГі ante la idea de los titulares que pronto podrГan aparecer, y el pГЎnico que eso podrГa conllevar.
Le dijo bruscamente a los reporteros: “No es un artefacto explosivo. Solo es evidencia. Evidencia delicada”.
Fue respondida por un coro de voces preguntГЎndole quГ© era.
Riley negГі con la cabeza y se alejГі de ellos. Bill habГa hecho su camino a la camioneta, asГ que ella y Jenn corrieron hacia Г©l. Se metieron y aseguraron cuidadosamente el nuevo reloj de arena al lado del otro, el cual estaba sujetado en su lugar y cubierto con una manta.
Los reporteros se reagruparon rГЎpidamente y rodearon la camioneta, gritando preguntas de nuevo.
Riley soltГі un gemido de frustraciГіn. Nunca podrГan trabajar con todo este gentГo.
Riley se puso al volante y comenzГі a conducir. Un reportero especialmente determinado tratГі de bloquear su camino, colocГЎndose directamente en frente del vehГculo. PrendiГі las sirenas, y el reportero sobresaltado se echГі a un lado. ComenzГі a conducir, dejando a la manada de reporteros atrГЎs.
DespuГ©s de conducir un kilГіmetro, Riley encontrГі un lugar bastante aislado donde podГa estacionar el vehГculo.
Luego le dijo a Jenn y Bill: “Lo primero es lo primero. Hay que desempolvar los relojes de arena para ver si encontramos huellas dactilares”.
Bill asintió y dijo: “Hay un kit en la guantera”.
Mientras Jenn y Bill trabajaban, Riley sacГі su tableta y llamГі a Brent Meredith por video.
Para su sorpresa, Meredith no fue el Гєnico rostro que apareciГі en su pantalla. HabГa ochos rostros mГЎs, incluyendo un rostro infantil y pecoso que Riley no querГa ver en absoluto.
Era el agente especial encargado Carl Walder, el jefe de Meredith en la UAC.
Riley contuvo un gemido de desГЎnimo. Ellos no habГan estado de acuerdo en muchas cosas. De hecho, la habГa suspendido e incluso despedido en varias ocasiones.
Pero Вїpor quГ© estaba participando en esta llamada?
Con un gruñido apenas disimulado, Meredith dijo: “Agente Paige, el jefe Walder ha tenido la amabilidad de participar en esta conversación. Y formó un equipo para ayudarnos en este caso”.
Cuando Riley vio la expresiГіn molesta en el rostro de Meredith, ella entendiГі perfectamente la situaciГіn.
Carl Walder habГa estado monitoreando el caso durante toda la maГ±ana. Justo cuando se enterГі de que Riley habГa solicitado una videoconferencia con Meredith, habГa convocado a su propio grupo de agentes para que tambiГ©n participaran en ella. En este momento todos estaban sentados en sus oficinas y cubГculos en la UAC, sus computadoras configuradas para videoconferencias.
Riley no pudo evitar fruncir el ceГ±o. El pobre Brent Meredith debiГі haber sentido que le habГan tendido una emboscada. Riley estaba segura de que Walder estaba presumiendo, como de costumbre. Y al hacer que su propio equipo participara, estaba dando a conocer descaradamente su falta de confianza en el profesionalismo de Riley.
Afortunadamente, ella habГa trabajado con algunas de las personas que Walder habГa convocado y confiaba en ellas. Ella vio a Sam Flores, un tГ©cnico de laboratorio brillante, y a Craig Huang, un agente de campo joven y prometedor.
Aun asГ, lo Гєltimo que necesitaba en ese momento era un equipo de personas a las cuales administrar y organizar. Ella sabГa que funcionarГa mejor trabajando solo con Bill y Jenn.
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